En septiembre
entró en operación la segunda etapa de la planta potabilizadora de agua sulfurosa
‘Paseo del Río’, con la que se aprovecha el acuífero de este tipo de agua que
cruza la ciudad de Puebla y una vez tratada se beneficia a 200 mil 708
habitantes de 80 colonias del sur de la ciudad de Puebla, principalmente.
En la primera
y segunda etapas se invirtieron en total 208 millones de pesos, ahora con la
planta se generan 14.2 millones de litros diarios de agua potable de alta
calidad, lo que permite duplicar el abasto de agua a los miles de habitantes,
es decir tendrán una dotación diaria superior a los 100 litros por habitante.
La obra
consiste en aprovechar uno de los dos hidroestratos del acuífero del Valle de
Puebla que corresponde al agua termal sulfurosa que se encuentra a una
profundidad promedio de 160 metros en la Zona Esmeralda donde existen
afloramientos sulfurosos, específicamente sobre la avenida Juárez y las calles
3 y 5 poniente, entre la 17 y 21 sur, siendo posible su captación y conducción
hasta la planta Paseo del Río, para su tratamiento y potabilización.
Dicha planta
opera con tecnología de punta y mediante los procesos de oxidación, ultrafiltración
y ósmosis Inversa para tratar el agua sulfurosa, cumpliendo así con la norma
NOM 127-SSA1-1994.
Para
transferir el volumen de estas aguas se construyeron además las líneas de
conducción y colectores necesarios de más de 3 kilómetros de longitud, desde la
avenida Juárez para su traslado hasta la planta de tratamiento de agua sulfurosa
ubicada en el denominado Paseo del Río Atoyac, en la Reserva Territorial
Atlixcáyotl de la colonia Concepción Guadalupe.
Adicionalmente,
se cuenta también con el pozo sulfuroso ‘Palmas’, ubicado en la intersección
del boulevard del Niño Poblano y la vía Atlixcáyotl, desde donde las aguas
producidas en él se conducen directamente a la Planta Paseo del Río, la cual
opera las 24 horas, los 365 días del año.
Cabe
destacar además el beneficio de mejorar las condiciones ambientales de la Zona
Esmeralda con la eliminación de gases sulfurosos y la disminución de la
contaminación del Rio Atoyac al eliminar las descargas directas de agua
sulfurosa, logrando así el equilibrio ecológico y conservación de la flora y
fauna de la zona.
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