Samsung presentó la versión reforzada del Galaxy S8
Active, que innova en batería y sacrifica la estética.
El Samsung Galaxy S8 Active llega con un panel
SuperAMOLED ultrapanorámico 18.5:9 de 5.8
pulgadas, como el Galaxy S8 de menor tamaño, y al igual que este integra
un panel QHD.
Las grandes diferencias son, pues, que el S8 Active
llega con un frontal totalmente plano y presenta unos marcos más generosos.
En
la parte trasera y en los laterales los cambios son incluso más evidentes, ya
que el dispositivo pierde el cristal
que le hace parecer futurista para revestirse con una armadura antigolpes.
En el sentido de la resistencia, tanto los Samsung
Galaxy S8 como los Galaxy S7 han contado con IP68, pero no han tenido protección de grado militar como smartphones
de marcas de nicho que lanzaban para ese pequeño mercado.
El Samsung Galaxy S8 Active sí incluye esta
protección, por lo que además de resistir golpes, el terminal gana un sentido
adicional en el sentido de la protección.
El terminal tendrá los componentes internos de las
versiones estadounidenses, es decir, llegará con Snapdragon 835 en vez de Exynos. No cambian, sin embargo, la
memoría RAM, que se mantiene en 4 GB, ni el almacenamiento interno UFS 2.1, que
llega con 64 GB ampliables mediante tarjetas microSD.
En modelos anteriores las cámaras se mantuvieron
intactas, y lo mismo ocurre aquí. Ya sabemos que para la doble cámara habrá que esperar al día 23 de agosto,
cuando se presenta el Samsung Galaxy Note 8, que comparte con el S8 Active el
hecho de tener detrás el lector de huellas.
De momento será exclusivo para Estados Unidos, y tendrá exclusividad con la operadora AT&T,
que ha fijado su precio en 850 dólares, el mismo que tiene en el país el Galaxy
S8+.
Con información de Antonio Sabán https://hipertextual.com/autor/ansamor
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