En Puebla
hay un millón 173 mil 654 de personas que trabajan sin un contrato laboral
escrito, es decir, carecen de un documento que vincule sus actividades con su
empleador, por lo que están desprotegidos en caso de enfermedad, no tendrán una
adecuada liquidación y tampoco tendrán un ingreso al momento de su vejez.
La
cifra de poblanos sin contrato creció 8.3 por ciento a tasa anual en el segundo
trimestre de 2022, es decir que durante ese periodo se sumaron 90 mil 342 personas
que trabajan sin contrato, según datos del Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (Inegi),
De
acuerdo con Juan Almazán Corona, docente en asuntos laborales de la Facultad de
Derecho de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), la
ausencia de un contrato escrito deja a los trabajadores sin la posibilidad de
conocer sus derechos, además de encontrarse en condiciones de informalidad.
La
mayor parte de las personas sin este respaldo laboran en micro y pequeñas
empresas, donde “tienen mucho esta práctica, es decir, no hay documento; sin
embargo, sí acuerdan (de forma verbal) con el trabajador algunas condiciones de
trabajo”.
Aunque
la Ley Federal del Trabajo establece que el contrato escrito o verbal tiene los
mismos efectos “se generan ciertas situaciones. El patrón piensa que firmar un
contrato le va a generar responsabilidades laborales, cosa que ya tienen, aunque
no lo quieran reconocer. Por otro lado, al trabajador le genera una serie de
circunstancias. Aunque está cubierto de alguna forma, un trabajador que no
tiene un contrato piensa que no tiene antigüedad, es otra de las cuestiones que
los patrones quieren evitar a toda costa”.
Conforme
a registros de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la cifra de
trabajadores que prestan sus servicios y carecen de un contrato escrito creció
en medio de la emergencia sanitaria por covid-19.
En el
periodo abril-junio de 2021 esta condición laboral representó un millón 083 mil
312 trabajadores, contra 997 mil 170 que había en igual lapso de 2019, es
decir, antes de la crisis por la pandemia.
“La
pandemia vino a generar un efecto negativo en las finanzas de muchas empresas.
Muchos se vieron en la necesidad de recortar personal o los siguen contratando,
pero ya sin prestaciones. Definitivamente un factor de esta contratación de
manera precaria es la pandemia”, señaló el académico especialista en derecho
laboral y seguridad social.
Explicó
que la falta de un contrato implica para los trabajadores remunerados y
subordinados un difícil acceso a instituciones de salud o generar un ahorro al
momento de retirarse de la vida laboral.
Según
la ENOE, la población ocupada en la entidad poblana representó al segundo
trimestre de 2022 casi 3 millones de personas, de las que 1.8 millones son
trabajadores remunerados y subordinados, de ellos, 63 por ciento carece de un
contrato escrito.
“El
trabajador queda en estado de indefensión. Una empresa que no tiene contrato
tampoco tiene una nómina formal que expida recibos, como el CFDI, y normalmente
las prestaciones de los trabajadores quedan en duda. El Seguro Social es parte
de las obligaciones de un patrón. He visto casos de personas que han trabajado
15 o 20 años en una empresa y jamás cotizan al Seguro Social. Tienen toda una
vida laboral hecha y al final del camino no han cotizado nada, son
circunstancias realmente lamentables”, señaló el académico.
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