Los cambios en materia laboral en México no tienden
a igualar los salarios con Estados Unidos, sino que estén acorde con la
productividad, para ello el gobierno estadounidense apoyará al trabajador y a
los sindicatos mediante la aplicación de la reforma laboral a raíz del T-MEC, afirmó
Naomi Fellows, consejera para Asuntos Laborales en la embajada de Estados
Unidos en México.
La
diplomática negó que en México haya inspectores laborales estadounidenses, lo
que hay es una colaboración -a iniciativa del propio gobierno mexicano- para la
aplicación de la reforma laboral a través del T-MEC, lo cual es realmente “un
área de prueba” para ambos países. “Es algo nuevo que tratamos de descifrar
todos juntos”.
Al
participar en la conferencia virtual sobre “Obligaciones
Laborales de T-MEC”, Naomi Fellows aclaró que “el gobierno mexicano fue
el que decidió que muchas de las previsiones de la reforma laboral fueran
incluidas en el capítulo laboral del T-MEC; fue el gobierno mexicano quien
decidió conectar la reforma laboral con el Tratado”.
Fellows
puntualizó que desde hace 20 años hay agregados laborales en la embajada de EU
en México, y rechazó que sean inspectores, como se les ha querido calificar.
La
colaboración entre México y EU en materia laboral es en diversos aspectos,
desde que el patrón entienda que no puede meterse en asuntos sindicales, pero
que sí conozca a sus trabajadores y no dependa sólo de lo que el líder
sindical le diga; en tanto que los empleados sepan y entiendan qué dice su
contrato, que sepan cuáles son sus obligaciones y derechos.
Economía creció, pero no los salarios
La
diplomática puntualizó que es claro que en México las condiciones de la mayoría
de los trabajadores no son las adecuadas, que los sindicatos no velan por sus
agremiados, pues desde 1994, con el TLCAN, creció la economía del país, mientras
que el incremento real del salario solo fue del 2.0 por ciento, “eso es señal
de que algo no funciona y eso está
vinculado con que los sindicatos no estaban trabajando del lado de los
trabajadores”.
Aclaró
que no se trata de igualar salarios, pues el costo de vida es diferente en
ambos países. El salario debe reflejar el nivel de productividad, lo que dan los
trabajadores a la economía de México y no ocurre así. En el país hay
productividad y calidad, pero “los salarios son un dieciseisavo de lo que hay
en Estados Unidos”.
Por su
parte, el agregado laboral Pablo Solorio señaló que su país está comprometido
en que se aplique la reforma laboral, de ahí que cuentan con 180 millones de
dólares para programas y con cinco agregados laborales en la embajada de EU en
México para trabajar con los gobiernos federal y estatales, con patrones y sindicatos,
con trabajadores y organizaciones civiles, para mejorar las condiciones
laborales y, con ello, hacer frente a la pobreza en México.
Entre
los temas que interesan es la educación de los trabajadores, evitar la discriminación
laboral, evitar el empleo infantil, favorecer la democratización sindical y la
asistencia técnica para que las instituciones federales y estatales lleven a
cabo de forma eficaz la reforma laboral.
Actualmente
trabajan en 28 estados y en sectores específicos como el aeroespacial, agrícola,
automotriz, electrónico, minero, acerero y aluminio.
Aunado
a lo anterior, está el apoyo al gobierno federal y a los estatales para la
digitalización de los documentos de las propias Juntas Locales de Conciliación
y Arbitraje, las cuales ahora con la reforma laboral pasan a ser tribunales laborales.
El
trabajo es coordinado con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para
aplicar la reforma laboral, “no es fácil, pero trabajamos para apoyar en todo
ese proceso”, concluyó Solorio.
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