El
fenómeno de la sequía, aunado al aumento en el costo de combustibles y efectos económicos
por la pandemia de covid-19, desató una carrera alcista de hasta el 64 por
ciento en alimentos básicos, como el pollo, carnes rojas, frutas y granos.
Carlos Julián Sosa Spínola, presidente del sector Alimentos, Bebidas y
Agroindustria, de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación
(Canacintra), estima que los incrementos podrían continuar en los siguientes
meses dado que la sequía en Puebla y el resto del país es de las “más intensas
registradas en (los últimos) 30 años”, lo que altera los costos de operación de
la industria de alimentos y golpea el bolsillo de los consumidores finales.
Explicó,
en conferencia de prensa virtual, que la escasez de lluvias en algunas regiones
provoca un impacto negativo en la agricultura, con pérdidas de cosechas y baja
producción, lo que repercute en altos costos para el consumidor.
Conforme
a datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) más de la mitad del
territorio nacional presenta alguna condición de sequía, principalmente la zona
norte, que es parte del motor agrícola y ganadero del país. En Puebla la sequía alcanza ya 162 de 217 municipios
poblanos, de los cuales, 94 están en condiciones anormalmente secos y 68 con
sequía moderada.
Así que
de marzo a la fecha se registran aumentos “récord” en el costo de alimentos de
alto consumo, tanto en centrales de abasto y como en tiendas de autoservicio,
principalmente la carne de pollo que subió 20 por ciento a tasa anual, carne de
res en 15 por ciento y carne de cerdo en 10 por ciento.
“El
común denominador en estos tres tipos de proteína es que el alimento básico son los granos y,
obviamente, por la sequías están siendo extremadamente afectados, desde trigo y
soya”, explicó.
En el
caso de granos y similares, seis productos reportaron incrementos de doble
dígito, siendo los más notorios: arroz en 35 por ciento, frijol en 30 por
ciento, pasta para sopa en 15 por ciento, aceites y grasas en 12 por ciento y
harina de trigo en 10 por ciento.
Agregó
que, el limón sin semilla presentó un alza anual de 64 por ciento, durante
marzo; mientras que el mismo producto, pero con semilla, registró un aumento de
30 por ciento.
En el
caso de frutas y verduras, detalló que el durazno aumentó 20 por ciento, mango 16
por ciento, guayaba subió 15 por ciento, manzana roja 12 por ciento; mientras
que de hortalizas, solo la papa, ajo, coliflor, zanahoria y brócoli se
encarecieron en los últimos meses.
Sosa Spínola
afirmó que la situación es difícil en materia de costos para la industria de
alimentos y para el bolsillo de las familias en general, por la combinación de
diversos factores desde 2020, como alzas en diversos productos ante las
restricciones sanitarias por la pandemia de coronavirus, acaparamiento de
alimentos, baja producción agrícola por altibajos en la demanda por parte del
consumidor final, la actual sequía y el encarecimiento de combustibles.
“Desafortunadamente
se combinaron diferentes factores que están haciendo la tormenta perfecta en el
tema de precios, que realmente no los habíamos visto en mucho tiempo (…) Estos
incrementos no son normales, son atípicos, lo que nos tiene bastante
preocupados”.
Los
precios de alimentos responden a la temporalidad; sin embargo, “ahorita los
precios no bajaron, no se ve que vayan a bajar y van a subir posiblemente más”.
Aunque
en algunas regiones, inició la temporada de lluvias, Sosa Spínola destacó que no
es generalizado, por lo que es factible que por la sequía la variación en los precios
de alimentos se prolongue hasta el tercer trimestre de este año.
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