A pesar del moderado dinamismo de la actividad económica, en 2018 el
crédito al sector privado incrementó su crecimiento, en tanto que la captación
bancaria se desaceleró. Para tener mayor dinamismo en el crédito y la
captación se requiere fortalecer la actividad económica, el empleo y las
fuentes de ingreso.
BBVA Bancomer destaca en su Informe “Situación Banca México”,
correspondiente al primer semestre de 2019, que un mayor dinamismo en la
actividad crediticia y el ahorro bancario tendría que estar acompañado de una
mayor expansión de la actividad económica, que permita incrementar de manera
sostenida el empleo formal y fortalecer los ingresos de hogares y empresas.
El comportamiento moderado de esos factores en 2018 limitó el ritmo de
crecimiento del crédito a las familias (particularmente al consumo) y de la
captación bancaria tradicional.
El crédito a empresas fue el principal motor de expansión, alimentado
por una sustitución de fuentes de financiamiento. Si bien este elemento apoyó
el dinamismo observado, su naturaleza coyuntural impide esperar que en el
futuro continúe como la principal fuente de crecimiento del crédito.
El mejor desempeño del crédito al sector privado no financiero en 2018
se dio a pesar de que el entorno macroeconómico no fue significativamente mejor
al que prevaleció el año anterior. La principal fuente de impulso del
crecimiento del crédito total dela banca comercial fue el concedido a las
empresas.
El crédito bancario al sector privado
incrementó ligeramente su dinamismo en 2018, logrando una
tasa de crecimiento anual real promedio 6.7%, mayor a la tasa real de 6.4% observada
en 2017. El principal impulso provino del crédito concedido a empresas.
La captación tradicional (vista +
plazo), redujo su ritmo de expansión en 2018, con una tasa
de crecimiento anual real promedio de 4.8%, por debajo del
promedio observado en 2017 de 5.2%. Las mayores tasas de interés
impulsaron a los depósitos a plazo como el principal motor de la captación
bancaria.
Las empresas mexicanas han modificado sus
fuentes de financiamiento, al reducir su endeudamiento
en el exterior para favorecer el crédito otorgado por la banca interna.
Aunque se ha observado un incremento en el ritmo de expansión en el crédito
bancario interno denominado en moneda extranjera, esta exposición no representa
un riesgo para el sistema bancario mexicano.
El crédito al consumo continuó
desacelerando su ritmo de expansión; la evolución del salario real
y del empleo se encuentran entre los principales factores que explican este
desempeño.
Así, el crédito al consumo medido a través de sus tasas de crecimiento
promedio reales anuales fue de 2.1% vs 3.7% del año previo. Además, la calidad
de este tipo de crédito mostró un deterioro en 2018, registrando un ligero
incremento en su IMOR promedio respecto al año previo (4.3% en 2017 vs 4.5% en
2018).
La señal positiva es que el deterioro de la calidad de la cartera de
crédito al consumo empezó a contenerse y revertirse en la segunda mitad de
2018.
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