A pesar
de que las tasas de interés puedan registrar “cierta volatilidad” a largo
plazo, el crédito hipotecario no sufrirá mayores variaciones, es factible que
mantenga una tasa de similar a la del año pasado.
Fernando
Balbuena Campuzano, economista senior de BBVA Bancomer, señala que las tasas de
interés hipotecarias están relacionadas en mayor medida con el movimiento de
las tasas a largo plazo y no por el ajuste en las de corto, como lo es la tasa
de referencia o también conocida como tasa de fondeo.
Además,
en México “los créditos hipotecarios de la banca comercial se otorgan a tasa
fija y con plazos promedio de 18.5 años”, lo que da seguridad a quienes
pretendan adquirir una financiamiento de este tipo, ya que no tendrán
variaciones durante la vigencia del mismo.
En 2015
Banco de México inició una etapa de revisión de la tasa de fondeo, y las tasas
hipotecarias de estar en 9.48 por ciento en febrero de 2016 para diciembre de
2017 estaban en 10.28 por ciento, aún así “la demanda del crédito hipotecario
creció a doble dígito en términos reales.
De
acuerdo con modelos estadísticos realizados por el área de Estudios Económicos
de BBVA Bancomer, el bono a diez años, mejor conocido como M10, ha mostrado ser
el instrumento más adecuado para inferir el comportamiento de las tasas de
interés hipotecarias.
La
estabilidad en el rendimiento del bono explica la limitada variabilidad en el
costo del crédito. Por ejemplo, a mediados de 2015 el M10 estaba en un rango de
6.05 por ciento para finales de 2017 se ubicó en 7.21 por ciento.
Incluso
para el presente año se estima que el M10 se ubique en 7.72 por ciento, es
decir un incremento de 51 puntos base, lo cual no impactara de forma
considerable el costo del crédito hipotecario.
Balbuena
Campuzano puntualizó que los movimientos en el bono M10 no se reflejan de
inmediato en el mercado de vivienda, así que las instituciones bancarias
consideran que este año se mantendrá creciente la demanda por el crédito
hipotecario.
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