El
crédito otorgado al sector privado creció 13 por ciento durante el primer
semestre del año, sin embargo se empieza a notar una menor demanda de recursos
en los segmentos de tarjeta de crédito y vivienda debido a que la población ha
perdido 1.1 de su poder adquisitivo.
Según el
área de análisis de BBVA Bancomer señala que el financiamiento otorgado por la banca
comercial al sector privado creció a una tasa anual nominal de 13.8 por ciento
(7.1 por ciento real), es decir, 0.5 puntos porcentuales menor a la tasa
observada el mes previo.
Los
tres segmentos de crédito registraron un crecimiento ligeramente más pausado
que en mayo: el crédito al consumo pasó de una tasa de 10.5 a 10.3 por ciento,
el crédito a empresas de 16.8 a 16.1 por ciento y el crédito a vivienda de 10.0
a 9.8 por ciento.
Esta
baja demanda puede estar relacionada con el deterioro del poder adquisitivo de
los trabajadores y en su propensión a consumir, así como a la moderación que se
mantiene en la inversión por parte de las empresas.
A cierre
de junio el crédito al consumo creció 10.3 por ciento en términos anuales, 3.5
pp menos al registrado en el mismo mes del año pasado. En este segmento hay un
comportamiento diferenciado en sus componentes, por ejemplo en tarjetas de crédito
y el crédito para bienes de consumo duradero repuntaron 9.9 y 21.8 por ciento
respectivamente.
Incluso
en el crédito de bienes de consumo duradero tuvo un buen comportamiento pues el
crédito automotriz creció 2.15 por ciento y el de bienes muebles paso a 29.4
por ciento.
Pero,
un moderado crecimiento en los créditos de nómina de 6.2 y los créditos
personales crecieron 11.6 por ciento, cifras ligeramente menores a las que
habían reportado meses antes de 7 o 12 por ciento, respectivamente.
Los
analistas de BBVA Bancomer señalan que hay un deterioro en el poder adquisitivo
de los hogares, por consiguiente se afecta la demanda de crédito.
Dicho
deterioro se ha visto reflejado en la caída anual real de 1.1 por ciento que
registró en junio el salario diario asociado a los trabajadores asegurados en
el IMSS, con la cual se acumulan seis caídas consecutivas en este indicador.
A su
vez, es probable que la debilidad en el ingreso de los trabajadores este
reduciendo los incentivos de los hogares a consumir, tal como se refleja en la
caída de 6.7 por ciento en el índice de confianza del consumidor de junio.
En
tanto que, la relativa fortaleza en el financiamiento a través de Tarjetas de
crédito podría estar asociada a la tendencia decreciente que se observa en los
billetes y monedas en poder del público, por lo que el consumidor utiliza su
tarjeta como medio de pago en sustitución del efectivo.
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