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El estado de Puebla pierde su bono demográfico en mayor proporción que la media nacional, pues es más su población envejecida, junto con el analfabetismo y baja preparación de las personas en edad productiva.
Actualmente Puebla registra 6.3 millones de habitantes, que representan el 5.1 por ciento de la población total de México, que es de 123.5 millones.
Tal como lo señala la ONU, el envejecimiento de la población “está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI”, con consecuencias en los diversos sectores de la sociedad, como el mercado laboral, financiero y la demanda de bienes y servicios, así como para la estructura familiar y los lazos intergeneracionales
En Puebla ha disminuido la tasa de natalidad, por consiguiente es menor el número de personas jóvenes con relación a lo que había hace 20 años.
Entre 1990 y 2017, el porcentaje de la población infantil pasó de 39.5 por ciento a 28.9 por ciento, mientras que la proporción de jóvenes disminuyó de 28.6 a 26.8 por ciento.
A la fecha hay una gran cantidad de niños menores de 15 años (casi 1 millón 830 mil) y jóvenes de 15 a 29 años (1 millón 692 mil). Si bien es cierto que estos grupos de edad concentran más de la mitad de la población total (55.8%), también los es que su participación relativa ha disminuido en el transcurso del tiempo.
En México poco más de la mitad de la población total (52.8%) es menor de 30 años, pero también ha disminuido su participación activa. Entre 1990 y 2017, el porcentaje de la población infantil pasó de 37.9% a 27%, mientras que la proporción de jóvenes disminuyó de 29.7% a 25.8 por ciento.
Por consiguiente, la entidad poblana tiene un mayor proceso de envejecimiento de su población si se compara con las cifras nacionales, aunque también éstas van al alza.
Lo anterior obedece a que en Puebla s menor la tasa de natalidad en la entidad desde finales de la década de los sesenta y al aumento de la esperanza de vida han generado una base piramidal cada vez más angosta y una proporción cada vez más alta de adultos (30 a 59 años) y adultos mayores (60 y más años). Los primeros incrementaron su porcentaje de 25.0 a 34.1 por ciento entre 1990 y 2017; mientras que el grupo de personas de 60 y más años aumentó de 6.9 a 10.2 por ciento en el mismo periodo, y se espera que en 2030 su monto aumente a 956 mil (13.8% de la población total).
Otro aspecto demográfico relacionado con el envejecimiento, está en el aumento de la población en edades potencialmente activas (bono demográfico).
En Puebla está a la baja el número de personas que son dependientes económicos (0 a 14 años y 60 y más años) por cada 100 personas en edad de trabajar (15 a 59 años), precisamente por la baja de natalidad.
De ahí que, según datos del Censo General de Población 1970 y de la Encuesta Intercensal 2015, en Puebla, entre 1970 y 2015, la dependencia pasó de 109.2 a 57.5 dependientes por cada 100 personas en edades activas.
Mientras que a nivel país esa dependencia pasó de 107.6 a 59.9 dependientes por cada 100 personas.
Se prevé que en los próximos años este indicador siga bajando, haciendo más patente el incremento relativo de la población en edad productiva en Puebla.
Por lo que se refiere al ámbito productivo, en Puebla hasta el cuarto trimestre del año pasado, el 3.2 por ciento de la población de 6 a 14 años y 31.6 por ciento de la población de 15 a 19 años, no asiste a la escuela.
Además, la mayoría de los jóvenes de 25 a 29 años sabe leer y escribir un recado (98.1%); sin embargo, solo la mitad (47.9%) cuenta con algún grado de educación media superior y superior.
Así que el analfabetismo y baja educación en Puebla es mayor a lo que registra el país, pues según los datos para el mismo periodo de referencia en México el 2.4 por ciento de la población de 6 a 14 años y 32.5 por ciento de la población de 15 a 19 no asiste a la escuela.
Tal como lo señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), los desafíos que presentan ambos procesos (envejecimiento y bono demográfico) deben constituir una coyuntura para que a la población se le garanticen los derechos sociales imprescindibles para que pueda generar sus capacidades y tenga oportunidades de desarrollo.
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