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La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), equilibrará la zona Oriente con la Poniente de la Ciudad de México, aseguró Federico Patiño Márquez, director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, quien aseguró que si no se hace esta obra se renunciaría al 3.3 por ciento del PIB.
En una reunión con miembros del Centro Empresarial Coparmex Ciudad de México, el funcionario dijo que el NAICM constituye una enorme oportunidad de desarrollo económico y social especialmente para los municipios de Nezahualcóyotl, Texcoco, San Matero Atenco, Chimalhuacán y Ecatepec donde por cada 75 hombres hay 100 mujeres, de las cuales 25 por ciento son jefas de familia.
Para dar una idea del atraso socioeconómico en la zona, dijo que una tercera parte de las personas que trabajan ganan menos de dos salarios mínimos y una de cada cuatro casas carece de refrigerador; en tanto una de cada 9 casas no tiene lavadora, según la encuesta realizada en 114 mil viviendas, con el propósito de detectar las necesidades sociales de la zona este de la ciudad de México, una de las más densas y con menor número de servicios.
Por su parte, el presidente de Coparmex-CDMX, Jesús Padilla Zenteno, destacó cinco puntos que se deben atender para garantizar que la construcción y operación sea transparente, y con una rendición de cuentas clara.
Primero, que exista un plan de contingencia en caso de una caída abrupta en el precio del petróleo o la depreciación del peso; la absoluta transparencia en la puesta en marcha de los proyectos ejecutivos, la definición clara de las obligaciones de las autoridades involucradas para garantizar cero corrupción e igualdad de condiciones en todos los concursos de licitaciones y en los procesos de adjudicación; que la movilidad en la zona de impacto mejore las condiciones en que viajan las personas y el tiempo que emplean en hacerlo.
Por último, propuso que el plan de desarrollo urbano integral y sustentable garantice el desarrollo económico de la zona y la adecuada provisión de servicios públicos, todo con miras a evitar efectos negativos con la ejecución de los proyectos de construcción, además de mitigar las zonas de pobreza y desabasto de agua y otros servicios en la zona.
En ese sentido, Federico Patiño, responsable del proyecto de infraestructura del que será el segundo aeropuerto más grande del mundo, hizo un comparativo con el actual aeropuerto internacional de la Ciudad de México que da servicio a 42 millones de pasajeros y 56 por ciento de la carga aérea.
El tráfico aéreo ha crecido 5.7 por ciento en los últimos 40 años, y ha llegado al límite de su capacidad.
Patiño aseguró que el nuevo aeropuerto generará más de 160 mil empleos, ya estando activo serán 40 mil al día y se contempla que sean más de 450 mil al llegar a su máxima operación, lo que detonará la competitividad en la zona Oriente del Valle de México, ya que por cada millón de pasajeros que utilicen esta infraestructura, se generarán mil empleos directos y 3 mil indirectos.
Con estos beneficios laborales habrá una importante mejora del espacio urbano y de movilidad en la zona que impactará la obra.
El actual aeropuerto ocupa 770 mil hectáreas con dos pistas, mientras que el nuevo será seis veces más grande, con seis pistas paralelas de las cuales tres podrán operar simultáneamente.
Finalmente destacó que la nueva terminal aérea se asentará en una superficie de 4 mil 431 hectáreas, tendrá una capacidad de transportar 125 millones de pasajeros al año, es decir cuatro veces más que el actual aeropuerto Benito Juárez.
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