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Operar mediante una “estrategia agresiva”, concretar alianzas y con nuevos modelos de negocios, Pemex podrá recuperar su capacidad de producción, respaldada en la reforma energética.
El director general de Petróleos Mexicanos, José Antonio González Anaya, aseguró que la empresa tiene la oportunidad de mejorar su capacidad productiva y crecer, sin enfocarse en un solo yacimiento sino trabajar en zonas que “sean rentables para México”.
La reforma energética permite que Pemex enfoque mejor sus inversiones, con oportunidad de aliarse con otras empresas para explorar y producir, o bien contratar servicios externos que favorecen los costos de operación.
Así que en breve se dará a conocer un estrategia para buscar alianzas en varias áreas, máxime que “somos expertos en aguas someras; así que trabajamos para tener un proceso en ese sentido y nuevos contratos con incentivos para aumentar la producción”, destacó González Anaya durante el Congreso Mexicano del Petróleo que se realiza en la ciudad de Puebla, al que asisten especialistas, así como proveedores de productos y servicios vinculados con el sector petrolero.
Durante su participación, el funcionario federal destacó que con un plan definido y con inversiones bien orientadas la empresa petrolera puede ser eficiente y rentable.
Dijo que si bien ahora se producen solo 2.1 millones de barriles diarios de petróleo (bdp) contra los 3.4 millones de hace más de una década, lo cierto es que la producción en los últimos años ha crecido 54 por ciento, es decir 700 mil bdp, sin trabajar Cantarell.
Esta última cifra equivale a la producción total de Colombia, lo que quiere decir que Pemex tiene capacidad para más.
Incluso, en el año 2000 Pemex invertía sólo 50 mil millones de pesos, ahora invierte 20 mil mdp con buenos resultados en la producción, así que hay que aprovechar la reforma para invertir más y mejor, no enfocarse en un solo yacimiento, como solía hacerse.
González Anaya dijo que otra área que debe mejorar su operación es la de Pemex transformación industrial, para revertir la pérdida económica y aumentar la capacidad de refinación.
El problema -dijo- no es la refinación en sí, sino los servicios o productos complementarios para llevar a cabo ese proceso industrial.
La falla estaba en el abasto de hidrógeno, por lo que Pemex optó por contratarlo con una firma francesa, de esa forma se garantiza el abasto oportuno, a un precio 30 por ciento más barato que si lo generaba la petrolera (como ocurría antaño), incluso el proveedor debe cubrir una penalización si falla en el suministro del gas.
Aún hay otros problemas que se enfrentan en el proceso de refinación, como el suministro vapor, tratamiento de agua, suministro de electricidad, lo cual afecta el proceso.
“Por lo tanto, necesitamos alianzas en estas actividades industriales, que otras empresas nos abastezcan de ciertos materiales y que nosotros, Pemex, no concentremos en el proceso de refinación”, señaló González Anaya.
Como esta situación, hay muchas otras susceptibles de mejorar para una buena operación de la petrolera mexicana.
Actualmente Pemex es la octava petrolera a nivel mundial, y puede hacerse mucho más para que sea una empresa emblemática. “Tenemos mucho que hacer, con una nueva manera de trabajar, con nuevos modelos de negocios, el sector de hidrocarburos puede florecer apoyado en la reforma energética”, concluyó el funcionario.
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