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Largas jornadas laborales, bajos salarios, sin goce de prestaciones laborales, empleo informal enfrentan poco más de un millón de mujeres poblanas que trabajan, pese a que en su gran mayoría las mujeres cuentan con mejor preparación académica que su contraparte masculina.
El estado de Puebla cuenta con poco más de 6 millones de habitantes, de los cuales más de la mitad son mujeres (52.3 por ciento), es decir hay 3 millones 225 mil 206 mujeres.
Datos del Inegi reflejan que del total de las mujeres la mitad es parte de la Población Económicamente Activa, 1 millón 103 mil 307 mujeres, el resto no labora fuera del hogar porque es menor de 15 años, porque ya está jubilada, es de la tercera edad o bien porque solo se dedica a labores del hogar.
Así, la participación económica es de 45.5 por ciento, lo que significa que cerca de la mitad de mujeres en edad de trabajar tiene o está en búsqueda de un empleo. Sin embargo, pese a que el empleo en las mujeres ha aumentado a partir de la década de los ochenta del siglo pasado en el caso de Puebla, aún es poca la diversificación de los empleos en los que se desempeña y también es menor el salario que se les paga.
La mayoría de las mujeres que trabaja lo hace por su cuenta, 26.3 por ciento, es decir en el autoempleo, y en el sector comercio.
Hasta el año pasado la gran mayoría de las mujeres están ocupadas en el sector terciario, es decir en el comercio labora el 38 por ciento; en servicios diversos 22.4, en restaurantes y servicios de alojamiento 13.6, y en servicios sociales 14.5 por ciento.
En el sector secundario (industria) trabaja el 191 por ciento del total de las mujeres y, finalmente en el sector primario (agricultura, ganadería) labora el 14.1 por ciento de las mujeres.
Además, priva la desigualdad, la inequidad en el ámbito laboral, pues las mujeres por lo general son subordinadas no son jefas (54.4%); no tienen acceso a servicios de salud (55.7%), no tienen contrato escrito (61.5%), carecen de prestaciones (57%), no tienen vacaciones pagad (65%), y mucho menos tienen acceso a reparto de utilidades (93%), aunado a que alrededor de la mitad percibe un salario bajo.
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