23/2/2015
Redacción
Los inventores no deben concretarse en
generar una idea sino concebirla como un producto y llevarla a la
comercialización. Es decir, los inventores deben poseer una visión empresarial
para poder desarrollar adecuadamente su idea, buscar fondos desarrollarla en el
sector productivo.
Said Robles Casolco, miembro de la Escuela
Nacional de Ingeniería del Tec de Monterrey Puebla, mencionó que los inventores
independientes tienen que acercare a las oficinas de transferencia de
tecnología, y así consolidar su trabajo con las patentes, vincularse con
científicos y académicos, así como obtener fondos por parte de entidades
nacionales como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Y es que para Robles Casolco (miembro del
Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 1) es necesario cambiar el
paradigma del inventor que “solo puede contra el mundo”, pues desde su
perspectiva únicamente basta adentrarse a las cifras que indican el nivel de
competencia en materia de patentes en México.
Por ejemplo, el Instituto Mexicano de la
Propiedad Industrial, posiciona a Puebla como el sexto estado con el mayor
número de solitudes de patente al contar con 117 hasta el 2013, superado
nuevamente por el Distrito Federal con 941 patentes, Nuevo León con 504,
Jalisco con 427, Guanajuato con 421 y Estado de México con 299.
Inventos que
respondan al mercado
Así, el profesor-investigador del Tec de
Monterrey en Puebla cuestiona “¿qué sucede con todas las patentes, se quedan
sólo en el registro, cómo aportan un valor agregado a la iniciativa privada,
realmente el inventor obtiene un beneficio?”.
Al respecto Silvia Patricia Mora, directora
de la Oficina de Transferencia del Tec de Monterrey, indica que actualmente una
invención es exitosa si responde a demandas y necesidades del mercado, si es
viable técnica e industrialmente y si cuenta con investigación que le brinde
innovación.
Finalmente, lo que “buscan los empresarios es
aprovechar su infraestructura, materia prima y el talento humano para
diferenciarse, y eso lo pueden detectar los inventores a través de una Oficina
de Transferencia en la que se les guía para que una invención, no sólo se quede
en papel o un registro, sino realmente sea aplicada y con beneficios
económicos”, comenta la directiva.
Un caso que lo demuestra es la inversión de
alrededor de 3 millones de pesos por parte del Conacyt para llevar al mercado
la patentes generadas por Robles Casolco, como un fertilizante que se empleará
para el maíz, cien por ciento orgánico, 30 por ciento más económico y con la
cualidad de liberar nutrientes conforme al crecimiento del vegetal.
Por esta razón, el investigador enfatiza que
sin vinculación, los inventores independientes se pierden de los beneficios que
existen para Puebla, pues hoy día el estado ocupa el sexto lugar en inversión
de ciencia y tecnología en el rubro de Fondos Mixtos, de acuerdo al Conacyt. “Y
por lo general acceder a estos fondos requiere de un cuerpo técnico y
académico”.
Con un 3.78 por ciento de las aportaciones
nacionales, Puebla es superado por Nuevo León con un 10.36 por ciento de
aportaciones, Guanajuato con 7.21 por ciento, estado de México con 5.51 por
ciento, Baja California con 5.50 por ciento y Distrito Federal con 3.98 por
ciento.
Además esta vinculación con el sector
empresarial y las universidades es más que indispensable, pues un 23.79 por
ciento de proyectos a nivel nacional corresponden al desarrollo tecnológico,
mientras que el 52.68 por ciento de los fondos mixtos son dirigidos a la
investigación científica.
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