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Con el argumento de “quebranto financiero” la empresa Servifon (que brindaba soporte telefónico a Telcel), dejó sin empleo a poco más de 500 personas en Puebla, la mayoría estudiantes y amas de casa, sin pagarles la última quincena ni el finiquito conforme a la ley.
Los afectados reunidos en las oficinas de Servifon, ubicadas en la colonia Nueva Antequera, al poniente de la capital poblana, comentaron que sin previo aviso fueron notificados del término de contrato entre Telcel y la empresa de outsourcing, y fueron sacados (literal) de las oficinas cuando algunos incluso todavía estaban en pleno turno.
En breve entrevista, Israel Flores uno de los afectados y quien era gerente de Servifon en Puebla, declaró que: “por parte de dirección general de Servifon recibimos sólo la notificación de que si Telcel cubre el adeudo nos pagará a nosotros”.
La empresa de telemarketing se concretó a repartir un volante entre los empleados, con el que pretendió justificar el despido y en el que responsabiliza a Telcel de lo ocurrido.
En el comunicado, firmado por Enrico Bonfanti Ochoa, director de Servifon, indica que “durante los últimos años, Telcel, ha ido modificando las condiciones comerciales y operativas de forma unilateral afectando de forma importante los recursos materiales, tecnológicos, financieros y humanos de Servifon, al grado de comprometer la viabilidad económica de la empresa” (sic).
Por ello, agrega el documento, “el día de hoy (lunes 13 de abril), de forma unilateral y sin previo aviso, Telcel ha decidido rescindir los contratos que tiene celebrados con Serviforn con efecto INMEDIATO. Aunado a esto, Telcel no ha liquidado varias facturas por prestación de servicios por lo que mantiene adeudos por nuestro trabajo realizado dejando en completa indefensión a lo que trabajamos en Servifon”, según concluye el documento.
Así unas 500 personas fueron desalojadas de las oficinas de la empresa en Puebla; sacadas a la calle, algunos ni siquiera terminaron el turno.
Los afectados (algunos con más de diez años de antigüedad laboral) cubrían turnos de seis y ocho horas, percibían ingresos de entre 3 mil 500 a 5 mil pesos mensuales, con lo que algunos mantenían a sus familias y pagaban sus estudios.
El despido masivo de trabajadores ocurrió casi de manera simultánea en las oficinas de Servifon ubicadas en Jalisco, Chihuahua, Querétaro y Puebla.
Los afectados preparan una demanda colectiva ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje contra la empresa de servicio y quien resulte responsable del despido masivo.
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