La micro, pequeñas y medianas empresa (Mipymes) son
agentes fundamentales para el desarrollo, por ello es imperativo impulsar su
financiamiento para lograr que se modernicen e incrementen su productividad.
Actualmente la mipymes tienen una baja contribución al
PIB y sólo el 10 por ciento de las Pymes latinoamericanas exportan.
Así lo señaló Luis Robles Miaja, presidente del
Consejo de Administración de BBVA Bancomer, al participar en el Foro del Sector
Privado de las Américas que se realiza en el marco de la Asamblea General de la
Organización de Estados Americanos (OEA).
En el Foro del Sector Privado, los principales líderes
empresariales del continente americano se reunieron para intercambiar ideas en
torno al tema “Reformas para un sector privado pujante en las Américas: creando
los empleos del Futuro”.
Ante líderes empresariales del continente americano, Robles
centró su intervención en el financiamiento a las Mipymes, que representan 99
por ciento de las unidades económicas del continente y ocupan al 67 por ciento
de sus trabajadores, pero realmente no aportan mucho a la economía de los
países.
Por
ello, es necesario que este tipo de negocios tengan acceso al financiamiento
para que se modernicen e incrementen su productividad.
Indicó
que “en el caso de México, la banca comercial y la banca de desarrollo han
logrado desarrollar el financiamiento a las Mipymes con éxito y de manera
complementaria, a través de diversos esquemas de garantías”.
En
2016 dos de cada tres créditos empresariales fueron otorgados a Mipymes, y el
financiamiento otorgado a estas empresas representó una cuarta parte del
crédito total al sector empresarial en México.
Robles
aseguró que “por cada peso garantizado por la banca de desarrollo, la banca
comercial genera 25 pesos más de crédito, logrando así una optimización de los
balances de ambas instituciones de crédito”.
Este
factor multiplicador es tan alto, porque existe una clara ‘sinergía’ o
complementariedad entre la banca comercial que ofrece canales de distribución y
sobre todo clientes y la banca de desarrollo que ofrece garantías y métodos de
asignación eficientes. Es un modelo de ganar-ganar.
La
banca comercial pudo entrar a este mercado gracias a la banca de desarrollo,
pues los diversos esquemas (garantías) iniciaron su operación los primeros años
de la década pasada, permitiendo así a la banca incursionar en un sector cuyo
riesgo era difícil de valorar y de fijar el precio de los financiamientos.
El
financiamiento bancario en México ha ido evolucionando positivamente y “hoy,
muchas Mipymes reciben financiamiento de la banca comercial sin garantía
alguna, dado que los bancos privados han conocido a sus clientes prefieren
asumir directamente el riesgo sin tener que pagar la garantía de la banca de
desarrollo”.
El
mecanismo de coordinación en México entre la banca comercial y la de
desarrollo, sumado a la competencia creciente en el sector ha permitido que los
márgenes se hayan reducido significativamente, logrando reducir así los precios
de manera significativa.
Lo
anterior ha facilitado la modernización de muchas empresas, su incorporación a
cadenas globales de valor y la capacidad de exportación directa de las mismas.
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