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Las 157 empresas textileras afiliadas a la Cámara de Puebla y Tlaxcala quedaron registradas en el Padrón de Importadores de Sectores Específicos que entró en vigor el 1 de marzo, así se garantiza que “son legales, que son regulares” todas sus operaciones de comercio exterior. Con esta medida disminuirá la subvaluación de artículos, mejorará la producción nacional y el empleo.
Así lo declaró el presidente de los textileros José Miguel Brito García Teruel, quien consideró que con las nuevas disposiciones del SAT para supervisar las importaciones se reducirá, de inmediato, hasta un 45 por ciento el ingreso de insumos o productos de las industrias textil y del vestido, lo cual beneficiará no sólo a los fabricantes sino también al mercado mexicano en general.
En diciembre del año pasado los empresarios de las industrias textil y del vestido firmaron un acuerdo con la Secretaría de Hacienda para aplicar medidas en contra de la competencia desleal e impulsar la productividad del sector. Entre las nuevas disposiciones está la integración de un padrón de importadores de fibras o prendas de vestir, el cual está vigente desde el 1 de marzo, toda vez que los industriales tuvieron dos meses para registrarse formalmente.
Al respecto, José Miguel Brito -entrevistado por Balance Financiero- declaró que “por supuesto los afiliados se dieron de alta en el padrón, de lo contrario no podrán importar insumos que requieran para su producción final”; también las empresas del resto del país se inscribieron en dicho padrón.
“El beneficio podrá verse casi de inmediato, digamos en unos tres o cuatro meses; se estima que disminuya un 45 por ciento el ingreso de mercancía subvaluada como telas o prendas terminadas”.
El presidente de la Cámara de la Industria Textil Puebla-Tlaxcala (Citex) puntualizó que habrá un mejor control de las importaciones; el industrial debe avisar a la autoridad fiscal con 5 días de anticipación qué tipo de producto importará, volumen, procedencia y valor de la mercancía, con ello se frenará el ingreso al país de mercancía subvaluada o de contrabando.
Lo que ocurrió durante años es que se declaraban importaciones con un menor precio al real o menos cantidad de lo que realmente ingresaba, el daño era para los fabricantes nacionales al ser desplazados del mercado nacional, ya que dichos artículos importados se venden a un precio menor al costo real de producción.
Al haber un control efectivo de las importaciones las industrias de este sector mejorarán su nivel de producción y venta en el mercado nacional; incluso, puede repuntar el empleo, ya que las fábricas tienen que atender la demanda del consumidor mexicano.
“Actualmente las empresas operan a un 75 u 80 por ciento de su capacidad instalada, si hay más producción su capacidad ocupada crecerá hasta un 15 por ciento, y en algunos casos podrían crear un tercer o cuarto turno”, afirmó el dirigente industrial.
Más recaudación fiscal
Esta regularización no solo compete a los textileros sino también repercute en terceras empresas. Es decir, no se inscriben en dicho padrón, pero proveedores de productos o prestadores de servicios (nacionales o extranjeros) que tengan relación con los textileros mexicanos deberán estar reglamentados, por ejemplo un agente aduanal, un abogado o el impresor de etiquetas.
La medida también será positiva para las autoridades fiscales, pues al tener un mejor control de lo que ingresa al país se frenará la elusión o la evasión de impuestos y con ello habrá una mayor captación fiscal.
De alguna forma empezará a “limpiarse” el mercado mexicano de contrabando o productos textiles y de confección subvaluados, concluyó Brito García Teruel.
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