La introducción de café ajeno a las variedades originarias en Puebla, además el uso de fertilizantes químicos afectan seriamente el cultivo del grano y la economía de las familias, alertó Arturo Coyotzin González, dirigente campesino en la Sierra Norte de Puebla
Dijo que algunas de estas nuevas variedades de café que se introducen en las zonas de cultivo poblanas son producto de investigaciones genéticas; sin embargo, algunas de estas nuevas variedades ya no tienen la consistencia de la acidez y el sabor que tenían las variedades tradicionales las que se siguen cultivando pero han bajado de manera significativa, tales como caturra, arábica, garnica, gordolobo criollo, entre otras, afirmó.
Las nuevas no está comprobado que realmente tengan más resistencia a la plagas, pero lo que sí han provocado es el desplazamiento del café originario e incluso de los propios productores tradicionales.
Hasta ahora, agregó, se siguen usando fertilizantes químicos, hace 15 años hicimos el exhorto a que hicieran la reconversión a los fertilizantes orgánicos foliados, podría ser que con las nuevas variedades se podría tener una mejor producción y probablemente contener las plagas de la broca y la roya.
El problema mayor, dijo, es el precio que se paga por el grano. Por ejemplo, el pergamino lo pagan en 36 pesos el kilo, con 1.2 kilos sacan un kilo de café tostado, el que se vende en 140 pesos el kilo en bolsa de aluminio.
Es el gran dilema que se tiene para los pequeños productores que no haya un esquema de apoyo, de políticas públicas que impulsen la economía solidaria a través de fomentar cooperativas comercializadoras de café en los grandes centros urbanos, expresó.
La diferencia que vemos es enorme, señaló, haciendo una valoración de costos operativos y de comercialización, dejaría una tasa interna de retorno muy significativa que permitiría a estas cooperativas darles un rendimiento adicional por cada kilo que ellos comercializan en pergamino.
Indicó que algunos productores ya tienen sus tostadores de gas, les cobran en promedio 70 pesos por tostar 14 kilos, sumando costos dejaría un margen de utilidad muy significativo que se podría redistribuir para mejorar las condiciones de vida de los productores y sus familias.
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