El 94
por ciento del tecojote que se consume en todo el país es cosechado en Puebla,
fruta que tiene su mayor demanda en la temporada decembrina; sin embargo,
también es utilizado en las industrias farmacéutica y perfumería.
Cada
año en la entidad poblana se levantan 4 mil 194 toneladas de esta fruta de un
total de 4 mil 274 que se cosechan a nivel nacional. Solo son siete estados de
la república mexicana que producen esta fruta, Puebla, Tlaxcala, México,
Chiapas, Michoacán, Hidalgo y Morelos.
La
producción de esta fruta ha mejorado en Puebla durante los últimos años no sólo
en volumen sino en calidad, por los apoyos económicos canalizados por la
Sagarpa para renovar las plantas, además de capacitar a los campesinos para el
tratamiento de los árboles y la fruta.
El
tecojote es una fruta natural del altiplano mexicano, y en náhuatl texocotl significa ‘fruta agria
silvestre' o dura.
Cabe
resaltar que el tejocote aporta una gran cantidad de sustancias benéficas para
la nutrición, como el calcio, que protege los huesos y dientes, además de
favorecer la flexibilidad de los músculos, la coagulación sanguínea y la
transmisión de impulsos a través del sistema nervioso; contiene vitaminas C y
B; es diurético y antiespasmódico; ayuda a disminuir el nivel de colesterol en
la sangre, entre otros.
Se
tiene la evidencia que el tejocote posee una amplia adaptación a las
condiciones de suelo y ambiente, por lo que desde el punto de visto práctico se
utiliza como portainjerto del manzano, peral, membrillero, níspero y del mismo
tejocote; además de utilizar el fruto para alimentar a diversos animales, como cerdos,
conejos, borregos o chivos.
También
el fruto sirve como fuente de pectina, como planta de ornato y medicinal.
Este
fruto es muy noble y se aprovecha todo desde la raíz hasta la fruta, ya que se
consume en fresco como centro de mesa, para las piñatas y aguinaldos, asimismo
se transforma en ates, mermeladas y conservas.
Cuando
el tejocote no llega a comercializarse, se realizan procesos de
industrialización para su aprovechamiento durante todo el año.
Los
derivados del tecojote son múltiples como gelatinas, mermeladas, dulces y
cristalizados, cerveza de tejocote, helados, licores, entre otros.
Además se
aprovecha la pulpa a través de la deshidratación, así como las aplicaciones
farmacéuticas, para elaborar cremas y geles reafirmantes y en la preparación de
apósitos y vendajes, que facilitan la cicatrización de heridas, además de que
está considerada por algunos especialistas como un tipo de fibra, que, aunque
no aporta ningún nutriente a nuestro cuerpo, se encarga de eliminar los
residuos y toxinas.
Incluso
para proteger y preservar esta fruta la Universidad Autónoma de Chapingo cuenta
con 93 tipos diferentes de este frutal en el Banco de Germoplasma.
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