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El dar y el dejar fluir
23/8/2016
Recientemente por problemas de salud visité a un terapeuta buscando alternativas para aliviar el dolor de un golpe en mi pie izquierdo causado por una caída de moto. Desde el punto de vista empresarial, el terapeuta es todo un profesional, su espacio limpio y ordenado, con instrucciones claras y precisas del servicio, y sus títulos y capacitaciones colgados en la pared hablan de su preparación.
Sistemáticamente durante la terapia me gusta preguntar cómo inició su empresa y por qué decidió estudiar reflexología.
Reflexología es la práctica de estimular puntos sobre los pies, manos, nariz y orejas. A través de un masaje que tiene un efecto beneficioso en un órgano situado en otro lugar del cuerpo. Su respuesta del por qué estudió reflexología me sorprendió: “Fue porque mi hermano mayor está parapléjico y con el afán de poder ayudarlo a su movilidad decidí estudiar reflexología”
Indiscutiblemente el terapeuta encontró su vocación y profesión por amor a su hermano. También me dijo que en su trabajo encuentra el valor de servir a los demás.
Todo empresario sabe y tiene definido el qué y el cómo de su empresa, algunos solamente saben el porqué. El porqué del empresario tiene que estar dentro de la ecuación que finalmente da como resultado un beneficio económico.
El beneficio económico se dará más en la medida que se reinventa, tanto en el desarrollo como en la misma empresa para que aplique la ley universal: debemos dar y recibir a fin de mantener la riqueza y la afluencia, que da como resultado, fluir en abundancia.
La palabra afluencia significa “fluir en abundancia”. Al dinero se le llama moneda corriente, la palabra corriente viene del latín currere que significa “correro o fluir”.
Si un empresario impide la circulación del dinero, su intención es entonces acaparar el dinero y lo lleva a aferrarse a él, no deja que fluya, impidiendo la abundancia.
Al igual que un río, el dinero debe de mantenerse en movimiento, de lo contrario comienza a estancarse, a obstruir, a estrangular su propia fuerza vital. La circulación lo mantiene vivo.
El porqué del empresario debe tener como variables principales en la ecuación el servicio, el qué y cómo puedo dar a los demás y dejar fluir el dinero.
La manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a los demás a conseguir lo que ellos desean.
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