28/7/2016
Hasta
hace algunos años se veían con esperanza los nuevos horizontes que se abrían
con motivo del posicionamiento de Internet frente al predominio de las
todopoderosas grandes cadenas de televisión, en el caso de México por el
duopolio de todos conocidos.
Sin
embargo, con el paso del tiempo se han desenmascarado quienes detentan el control
de lo que se dice y hace a través de millones y millones de equipos de cómputo
y dispositivos.
En ese
sentido, bien se afirma que está de regreso el feudalismo, sólo que ahora
virtual, dirigido por cinco grandes monstruos: Amazon, Apple, Facebook, Google y Microsoft.
Estas
corporaciones nos imponen formas de convivencia, gustos, modas, formas, personajes
y hasta normas de censura que a veces pasan inadvertidas, pero que delinean una
realidad aceitada por lo que se considera política y socialmente correcto.
Sus
metas de penetración y posicionamiento comercial no tienen límite, por ejemplo,
tan sólo en México, 41 millones consultan Facebook
diariamente, refiere el artículo de Maldonado, Mario (20160210) Facebook y sus 61 millones de usuarios. Recuperable
en http://goo.gl/jUbfqH.
Uno de los problemas con Facebook es que en el afán de
globalizar todo, se soslaya la diversidad, cualidad inseparable de la
humanidad. Las políticas de censura del “Libro de Caras” es una clara muestra
de ello.
Mujeres
amamantando, padres bañando a sus hijos, desnudos que dan vida a la obra de
muchos artistas en cualquier otro contexto no causaría mayor problema. Sin
embargo, desde que Facebook se ha
convertido en un medio omnipresente se han vuelto célebres los incidentes de
censura de imágenes.
En dos
ocasiones he visto de cerca el pánico de Facebook
por el cuerpo desnudo.
La
primera cuando nuestro amigo Luis
Fernando Paredes Porras escribió un artículo sobre el caso de la mujer
policía (Chichis por la cuasa... y pa' la banda http://goo.gl/YtpVUm) que fue
despedida en el norte del país por mostrar un seno mientras portaba su uniforme
de trabajo.
En el
segundo caso, más reciente y más drástico, llegó a la cancelación de la cuenta
de mi amigo Beto Ballesvid, quien
decidió mostrar las fotografías de su participación en la WNBR Worl Naked Bike Ride, Puebla, 2016.
Beto
mostró una serie de fotos de su desnudez en la rodada ciclista por las calles
de Puebla. A Facebook no le importó
las causas que dieron origen a la manifestación y en consecuencia al motivo del
desnudo de Beto. Sólo canceló la cuenta.
Lo de
menos es que Facebook cancele una
cuenta y que Beto haya abierto otra.
Lo que
debemos cuestionarnos son varios puntos:
la indefensión de los usuarios frente al gigante, porque no obstante que se
puede solicitar la reconsideración de la medida, en general no procede en
retroceso y, segunda, bajo qué criterios se está moldeando la moral de las
futuras generaciones.
Es necesario analizar varias medidas que
están adoptando los monstruos de Internet, porque a mi parecer están sentando
las bases de un feudalismo virtual del cual podrían tener que pasar varias
décadas, sino es que siglos, para liberarnos.
¿Qué le
parece?
@abelpr5
Doctor
en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com
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