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Opinar para construir

Luis Gerardo Inman Peraldi



¡Darle vida a tus sueños!

24/3/2015

De la Mitología Griega sale la leyenda de Pigmalión, escultor que se caracterizaba por hacer esculturas perfectas, una de ellas fue en forma de mujer y la hizo tan perfecta que se enamoró de ella; Pigmalión pidió a la diosa Afrodita que interfiriera en darle vida a esa estatua, se lo concedió y Pigmalión ¡se enamoró más! Fue su compañera de vida, Galatea, con ese nombre la bautizó.

A partir de este mito se han hecho diversos estudios de cómo el efecto Pigmalión incide en una persona y logra influir positiva o negativamente sobre otras, dando como resultado convertir a las personas en una nueva, mejorando o empeorando los aspectos determinados a la motivación o desmotivación personal.

Un ejemplo del efecto Pigmalión es la familia Hernández, en Michoacán en los años ‘70.

Jornaleros de oficio, fueron a California a trabajar en el campo, su condición de vida no era del todo buena; uno de los hijos, José, desde niño le comentó a su papá que quería ser astronauta.

Lo que pensó José desde niño, hizo todo lo posible para lograrlo.

Pieza fundamental para el logro de José fue su papá, quien le cuestionó una vez sabido el objetivo de vida de su hijo: ¿sabes dónde estás y qué tan lejos estás para llegar a esa meta?

Aquí se da el primer efecto Pigmalión, ya que el Sr. Hernández le ayudó a hacer una ruta para llegar a esta meta.

Pasaron los años, José logró quedarse a estudiar en los Estados Unidos.

Con esfuerzo y perseverancia consiguió terminar la carrera de Ingeniería y presentó sus papeles ante la NASA.

Le pidieron más estudios de Postgrado, los concluyó, después le pidieron que se certificara como buzo, también lo logró. Luego le pidieron que se certificara como piloto de aviones.

Bueno, lo que le pidieron lo cumplió, hasta que regresó a la NASA, pasó las pruebas ante cientos de aspirantes para viajar al espacio; durante dos años se entrenó física y mentalmente para estar en el vuelo que lo llevaría al espacio.

Nos queda claro que el efecto Pigmalión está en la vida de José Hernández, creyó en su proyecto ¡hizo todo para lograr ser el primer astronauta mexicano de corazón!

Sra. y Sr. empresario, el efecto Pigmalión aplíquelo con el personal de su empresa, si le pide que realice algo, ¡se esforzará para lograrlo!

Casi siempre obtendrá lo mejor de la gente.

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