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¿Quién rescatará a los niños terroristas?
20/2/2015
De un tiempo a la fecha se ha incrementado la selección, entrenamiento y uso de niños como sanguinarios terroristas, lo mismo como portadores de explosivos, como combatientes que enfrentan sin ninguna desventaja a sus adversarios o como ejecutores de degollamientos frente a las cámaras de la opinión internacional.
Mientras usted lee esto, en el Medio Oriente, debido a los altos índices de orfandad y crisis humanitaria, miles de niños son reclutados por grupos extremistas como EIIL (Daesh, en árabe), Al-Qaeda, Al-Nusra, entre otros; quienes les siembran odio y los entrenan para no cuestionar las órdenes que les sean dictadas, así los niños se convierten en macabras máquinas de aniquilación.
Ejemplo de lo anterior es la situación que hace casi un mes describió el ministro para los Derechos Humanos de Irak, Mohammed Mahdi Ameen Al-Bayati, en su comparecencia ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU.
De acuerdo con el informe presentado ante esa instancia internacional, los grupos terroristas engrosan sus filas con niños combatientes de los campos de refugiados y de las aldeas que son sometidas a la fuerza. No es muy difícil la decisión que deben tomar los infantes, porque de no incorporarse como combatientes lo que les depararía sería aún peor: el hambre, la esclavitud, la mutilación, la vejación sexual o la muerte tortuosa.
El analista internacional, Basem Tajeldine, nos recuerda que el uso de niños para actividades criminales y terroristas no es de ahora, en Europa medieval durante Las Cruzadas los niños fueron usados como sanguinarios ejecutores, esto se repitió en la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y más tarde en territorios africanos.
Por supuesto que caer en el tema de los niños terroristas nos lleva a un punto que, de cierta manera, se convierte en una salida relativamente fácil: la reprobación y condena de los grupos que hacen ese retrógrado uso; sin embargo, hay algunos elementos que escapan al análisis ligero.
Veamos: el proceso de adoctrinamiento y entrenamiento de niños terroristas no es de la noche a la mañana, por lo tanto ese lapso podría significar la oportunidad para que ciertos grupos altamente entrenados efectúen su rescate y rompan con el fatal destino; pero hasta ahora las misiones militares se han centrado en ataques frontales y no en incursiones quirúrgicas para el rescate de dichos menores.
Posterior al rescate de los infantes y bajo la directriz de la UNICEF, necesariamente tendría que darse paso a terapias psicológicas y a procesos formativos cimentados en la educación para la paz, porque los llamados niños terroristas son en sí mismos víctimas y victimarios en los escenarios resquebrajados de Oriente Medio.
Poner atención en los niños terroristas sólo es el comienzo, pero tiene que ir acompañado de otras medidas de carácter transversal que, de una vez por todas, ponga las bases para el auxilio y rescate de quienes son corrompidos en la alborada de su existencia y luego usados como armas letales.
@abelpr5
Doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.
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