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Dejar la rutina, escribir una nueva historia
21/1/2015
¿Será posible escribir una nueva historia de vida? Nos preguntamos mientras nos dejamos asfixiar por la costumbre y la maraña de problemas que terminan por adormecernos. Nos pesa, sí. Pero si estamos atentos a nuestro andar encontraremos elementos detonadores de nuevas experiencias y nuevos conocimientos que dotarán de frescura a lo que hacemos diariamente.
Por ejemplo, para quienes disfrutamos correr, entendemos muy bien que no hay carrera que se repita, porque cambian las condiciones del trayecto y las de uno mismo. Así que no obstante que en apariencia sigamos rutinariamente el mismo camino, siempre hay nuevos elementos a los que debemos estar atentos.
Heráclito -el ilustre filósofo considerado el iniciador de la metafísica griega- lo sabía. Sostuvo, que “nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña”. Con la anterior sentencia, que sintetiza la sustancia de su pensamiento, Heráclito sentó las bases de la realidad y el cambio, del cambio y el todo.
En efecto, es una ilusión óptica la que nos hace creer que el flujo del rio es una constante y que se trata de la misma agua, pero esto es sólo una creación mental para que nuestro intelecto siente puntos de apoyo no movibles y le sea más fácil planear e imaginar el futuro.
Por supuesto que el río está cambiando su trayecto, pero esto sólo se puede comprobar con registros fotográficos a lo largo de varios años, así como la variación en la contaminación del líquido vital, son tan sólo dos indicadores de que el agua no es la misma y que como consecuencia de ello, tanto la vida en su interior como la circundante, se va transformando.
Igual, el individuo va cambiando de manera insospechada, a veces -y en contra de todo lo que le rodea- de manera muy lenta, y oponiéndose inclusive a su propia salud, pero al igual que en el caso del río también es preciso cotejar su andar con los vestigios del pasado y sus proyecciones futuras para percatarse de la transformación y reencausarla por donde se desea.
Una conversación con quien nunca nos hemos atrevido a abordar o tal vez el detenerse a observar el aparador que siempre hemos querido ver, son parte del sazón que pueden cambiar el rumbo de nuestro día, como también lo es poner en duda lo que creemos firmemente y que por estar tan arraigado en nuestro pensamiento nos impide ver lo que está más allá de nuestro horizonte.
Aprender a decir “no” cuando el “sí” es lo automático en nuestro hablar, o dejar el sedentarismo perturbador, o fortalecerse en la autodeterminación e independencia cuando el tutelaje nos ha pervertido, son algunas de las marcas que nos pueden ayudar a no decaer en nuestra intención de romper inercias en el 2015.
¿Verdad que podemos dejar la rutina y escribir una nueva historia?
@abelpr5
Doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com.
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