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Armando Valerdi



¿Quién dominará Norteamérica: México o EU?

30/10/2014

avalerdir@hotmail.com

“Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, frase que se le atribuye a Porfirio Díaz. Esta frase que puede ser tan controvertida como a quien se le atribuye, tiene su lado de razón, de lo cual la historia de nuestro país es fiel testigo debido a la influencia de gobiernos y políticos estadounidenses en la dirección y política de nuestro país, algunas veces en forma clara y directa, otras veces oscura y oculta.

Desde el lado positivo de la cercanía con Estados Unidos, podemos apreciar que uno de los tres motores para impulsar la economía mexicana es el de las exportaciones o venta de productos mexicanos al mercado estadounidense, sin embargo de acuerdo con la opinión de Díaz, en relación a la cercanía y su efecto negativo, parece más actual que nunca, sobre todo en estos momentos en que nuestro país esta agobiado por sucesos tan lamentables como el caso de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero.

¿Por qué me refiero al caso de Ayotzinapa en relación a los males que nos produce la cercanía con Estados Unidos?

Partiendo de lo que nos dice Guillermo Valdés Castellanos, ex director del CISEN, que para entender la historia y perfil de la delincuencia organizada en México, hay que hacerlo a través de tres factores, uno de ellos es la cercanía con Estados Unidos, otro se refiere a la evolución de sus organizaciones económicas ilegales, y el tercero se refiere a las relaciones entre el mundo del narcotráfico y la política.

Con relación a la evolución del consumo de drogas en Estados Unidos y tomando en cuenta lo que la historia nos cuenta, se dice que el presidente Gustavo Díaz Ordaz, allá por la década de los sesenta, en una reunión que tuvo con el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson, este le hizo un reclamo por el incremento del tráfico de drogas a través del territorio mexicano, a lo que  el presidente mexicano le respondió"México es el trampolín de la droga hacia Estados Unidos; cierren su alberca y se acaba el trampolín".

Según algunos datos, las ganancias que representan el mercado estadounidense del consumo de drogas se calculan en más de cien mil millones de dólares al año, por lo que para un país como México con un crecimiento económico que en promedio de los últimos años no llega ni al 3%, además este mediocre crecimiento económico se acompaña con pobreza, desigualdad, impunidad, corrupción, falta de oportunidades para los jóvenes en obtener un empleo decente, y con un sistema educativo que muestra grandes rezagos, sin duda es un campo fértil para la delincuencia y el crimen organizado.

Por lo cual hay que tomar en cuenta lo que Valdés en su libro “Historia del Narcotráfico en México”, nos recuerda y advierte sobre  hechos relevantes de muertes violentas acontecidas desde 2006 en Guerrero y Michoacán, además de que a partir de 2008, superó por mucho y con enorme asombro y repudio provocado por la forma de asesinar y mostrar los cadáveres a lo que considera que fue el comienzo de un nuevo tipo de violencia.

Sin duda, la cercanía con Estados Unidos sigue teniendo su lado positivo y su lado negativo, en donde en la balanza lo negativo sigue pesando más, pero también tal como lo dice Valdés, hay otros vectores que influyen, tanto en su penetración como en el nuevo grado de violencia.

Hay que recordar que uno de los cambios significativos que marcan este nuevo siglo, entre otros, es el declive demográfico que ha significado un cambio de vida que, entre otras cosas, se encuentra el tiempo total que la mujer dedica a la crianza de los hijos, que es mucho menor al empleado hace unas décadas atrás. Una vida más larga, el descenso de la tasa de fertilidad y los años de educación adicionales en el caso de quien tiene la suerte de incorporarse al sistema educativo, han contribuido a desmoronar las pautas vitales y sociales anteriores, además de que se vive más en un mundo de familias disfuncionales.

El mundo está cambiando y, estamos abandonando pautas de comportamiento que tradicionalmente han sido consideradas morales.

Las antiguas instituciones se están derrumbando y el surgimiento de otras nuevas, acordes con los nuevos retos, no está surgiendo con la rapidez que se requiere.

El mundo durante la primera mitad del siglo XXI estará marcado por un intenso conflicto social, y como vemos México no es la excepción, tomando en cuenta además de que las crisis se definen por la lucha entre una clase dominante en declive vinculada a un modelo económico establecido y el surgimiento de una nueva clase y un nuevo modelo económico, sobre todo con un modelo económico que no solo destruyo la riqueza material, sino también la riqueza moral.

Por lo que se refiere a Estados Unidos, actualmente enfrenta un momento crucial en su historia, con una economía que no acaba de tomar su ritmo de crecimiento, con una enorme deuda, desigualdad creciente, empleo aun no normalizado, y un número importante de estadounidenses atados a las drogas, todo esto  nos hace ver más nubes negras que sin duda contagiaran a nuestro país, lo que nos pueden llevar a una gran tormenta.

Por lo que es importante confiar en que los mexicanos adoptemos una nueva vision del mundo actual y así poder enfrentar esos nubarrones que nos vendrán desde el norte, sobre todo que no solo en el caso reciente de Ayotzinapa se resuelve de acuerdo a la ley, y que no deje rastros de impunidad, sino que además que se concreten acciones que nos lleven a un mejor Estado de derecho, que se realicen las reformas que realmente necesita nuestro país, para mejorar la economía y que esta se refleje en un mejor nivel de vida de todos los mexicanos, y no solo de unos cuantos.

Si esto sucede en forma positiva, quizás podemos confiar en lo que George Friedman vaticina en su libro Los próximos cien años, de que a final del presente siglo México estará en auge dentro de una Norteamérica que será el centro de gravedad internacional, y en donde la pregunta será:

¿Quién dominará esa poderosa Norteamérica, México o Estados Unidos?

Gracias 

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