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Armando tus finanzas

Armando Valerdi



Controversia sobre salarios mínimos

21/8/2014

avalerdir@hotmail.com

Como les decía en la columna anterior, en esas últimas semanas se han dado circunstancias y acontecimientos que han movido aún más el escenario político-económico nacional, uno de ellos tiene que ver con la propuesta hecha por el gobierno del DF, de modificar el salario mínimo.

Sin tener claro la verdadera  intención del gobierno del DF al lanzar esta propuesta, lo que sí hizo fue calentar el ambiente, pero sobre todo poner en el centro de la discusión lo que representa el injusto salario mínimo en nuestro país.

Tanto la Constitución como la Ley Federal del Trabajo en nuestro país  mencionan que “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social, y cultural, y para proveer  a la educación obligatoria de los hijos”.

Al respecto de este ordenamiento jurídico, veamos lo que acontece en nuestro país en este sentido y en este momento, para lo cual es conveniente tomar en cuenta alguna de las opiniones que se han vertido en estos últimos días.

Para empezar veamos algo de lo que ocurrió en el Foro Internacional: salarios mínimos, empleo, desigualdad y crecimiento económico convocado por el gobierno del DF:

Andrés Marinakis especialista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dijo que “el salario mínimo no debe ser utilizado como indexador, ni de beneficios sociales, ni de precios, porque de esa forma constituye un freno al salario mínimo. El minisalario ha permanecido bajo porque en el país ha habido “institucionalidad” que lo ha impuesto así, al fijarlo como unidad de referencia para indexar conceptos administrativos como multas y sanciones”.

En general, la conclusión emitida de este foro es: la necesidad de que el país revise un aumento gradual del salario mínimo acompañado de políticas públicas enfocadas a la recuperación del poder adquisitivo”.

Esta idea de modificar el salario mínimo levantó una ola de opiniones contradictorias, por un lado los que quisieran que por decreto se efectuara este ajuste, y por otro en el sentido de recordar que por decreto no resuelven los problemas, normalmente se agravan, esa es la experiencia que nos dejó la historia en los años setenta del siglo pasado, aún cuando no debemos olvidar que en diciembre de cada año hay una resolución, que se publica en el Diario Oficial que fija el salario mínimo para el siguiente año. Es decir, su incremento se basa en un acto jurídico y no como producto del mercado.

Según datos de Enrique Quintana, entre 1977 y la actualidad, el poder adquisitivo de los salarios mínimos en México ha caído en algo así como 70 por ciento. Por lo que para recupéralo se tendría que empezar por multiplicar por 3.3 veces. Lo que Quintana calificó como una insensatez.

Po otro lado está el comentario de Macario Schettino al respecto, y que se basa en un estudio publicado por McKinsey Global Institute (MGI) llamado “Una historia de dos Méxicos”, en dicho estudio divide a las empresas mexicanas por su tamaño en 12 grupos, clasificándolas por su número de empleados y productividad en tres partes, concluyendo que cada una de las tres partes en grupos de mexicanos que marcan diferencias debido a que cada uno tiene una economía diferente.

Los trabajadores mexicanos clasificados dentro del primer grupo de empresas difícilmente pueden tener un salario de más de un salario mínimo, porque con lo que producen no alcanza para más. De hecho, ahora deben estar por debajo de ese nivel, y estarán peor cada año. En el segundo grupo el ingreso puede alcanzar hasta tres SM, pero no más que eso, y son presa del estancamiento. Es sólo el tercer grupo el que está bien: su ingreso puede superar los diez SM, y cada año crece.

Schettino concluye su comentario diciendo que  “Cuando se discute acerca de si debe subir el salario mínimo o de cómo hacer para que la economía crezca, debemos tener en mente esa división. Si el salario mínimo se multiplicara por tres, como algunos creen que debería ocurrir, prácticamente dos terceras partes de los mexicanos no podría recibirlo. No producen lo suficiente para ello. El problema de fondo es la bajísima productividad de dos terceras partes de los mexicanos. Muy posiblemente las mismas dos terceras partes que están en la informalidad, de la que no podrán salir jamás si su productividad no crece. Pero esto no es un asunto fácil.

Es claro que el problema del salario mínimo está atado al tema principal, la productividad, que realmente ese es un problema fundamental de nuestro país, sobre todo si recordamos lo que significa la productividad; hacer de manera eficiente bienes y servicios que la población quiera comprar. De nada sirve hacer muy bien algo que nadie quiere, ni tampoco producir lo que sí quieren, pero de forma ineficiente.

Como observamos y entendemos el problema no es fácil de resolver, pero lo importante es buscar la respuesta adecuada que lleve a nuestro país a ser más productivo, y con salarios más justos que cumplan con lo mínimo estipulado por la OIT, como trabajo decente.

Gracias.

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