29/5/2024
En los
tiempos posteriores al confinamiento por Covid-19 la vivienda ha retomado su
significancia por la revaloración del espacio de habitación, y porque durante
largos periodos sirvió de centro de trabajo y de enseñanza, incluso ahora para
muchos hogares continúa siendo el lugar en donde se realiza la actividad
económica.
Esto
cobra relevancia para las mujeres que de acuerdo con el Censo 2020 del Inegi
son las jefas en el 33% de los hogares, pero ¿tienen acceso al crédito para
adquirir, remodelar o construir una vivienda? En 2022 las mujeres representaron
el 39.4% de los asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y
se les otorgó el 39.2% de los financiamientos para vivienda.
En la
adquisición de vivienda con hipotecas se otorgaron más de 181 mil créditos para
mujeres, que representan el 40.1% del total, marginalmente superior al número
de aseguradas en el IMSS. El Fovissste otorgó 57.3% de sus créditos a mujeres,
el Infonavit el 37.6% y la banca el 41%.
Con
base en los montos promedio de hipotecas para adquisición, se observa que las
mujeres pueden acceder a viviendas más baratas, mientras que el monto promedio
para los hombres es de 994 mil pesos, para las mujeres es de 902 mil, 9.3%
menor. En el Fovissste la diferencia es de 5%, en el Infonavit la diferencia
entre los montos promedio es de 10.8% y en la banca de 12.5%. Estas diferencias
se justifican por la disparidad de ingresos entre hombres y mujeres de 14%,
producto de mayores horas trabajadas fuera del hogar por parte de los varones o
la antigüedad en los empleos, el mayor acceso a educación y de que las mujeres
son las principales proveedoras de trabajo no remunerado en las familias.
En la
banca también se observa que los hombres presentan una relación préstamo a
valor (o Loan to Value, en inglés)
más alta que las mujeres y son más propensos a adquirir créditos con
cofinanciamiento. Una hipótesis para la conducta masculina de adquirir más
riesgo puede ser la mayor inclusión financiera de los varones, ya que de
acuerdo con el estudio La brecha de género en la inclusión financiera en
México, ésta se ha mantenido en 7% desde 2013; sin embargo, en el mercado
hipotecario se observa que es aún más marcada en términos de monto promedio de
crédito.
En
términos de riesgo, se aprecia que, por cada peso otorgado, tanto hombres como
mujeres enfrentan la misma tasa de crédito hipotecario, si bien la de las
mujeres es ligeramente mayor al adquirir viviendas un poco más baratas.
La
evolución del crédito femenino ha sido negativa en los últimos años, en efecto,
al comparar la proporción de créditos para mujeres en 2019 con 2022, ésta
disminuyó en tres puntos porcentuales por varios motivos. En primer lugar, de
acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (Cepal) fueron las
mujeres quienes, durante la pandemia, pusieron pausa a su desarrollo laboral
para realizar las actividades de cuidado en el hogar, y en menor medida muchas
de ellas perdieron asequibilidad al eliminarse el programa de subsidios para
adquisición.
Ciertamente
existe una disparidad en el mercado hipotecario para hombres y mujeres
relacionada con problemas estructurales, como la diferencia de ingreso, acceso
al mercado laboral y calidad de empleos y, por supuesto, a la inclusión
financiera. Adicionalmente, no se vislumbran políticas públicas que fomenten la
asequibilidad de los hogares con jefatura femenina, ni en forma de subsidios o
programas de titulación que les permitan monetizar su vivienda.
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