27/3/2023
En el Informe “Situación México”
correspondiente al primer trimestre de 2023, la institución financiera BBVA
México revisa al alza su previsión de crecimiento económico en 1.4% para este
año (0.6% previo) y anticipa que en 2024 será de 2.2%. Además, prevé que la
inflación general se desacelerará a 4.8% al cierre de este año.
Dinamismo de la demanda interna en 2023
El documento detalla que la
economía creció 3.1% en 2022 impulsada por el consumo privado y la manufactura;
anticipa que el primero de estos factores continuará mostrando resiliencia este
año, mientras que el segundo se debilitará ante la menor demanda externa. El
sector manufacturero recuperó su nivel de producción precovid en 2S22,
impulsado por el desvanecimiento de los cuellos de botella y la reactivación en
la provisión de suministros, mientras que el gasto privado se ha visto
impulsado por las ganancias en ingreso registradas desde 3T22.
El consumo privado registró un
crecimiento de 0.5% TaT (real, ae) en 4T22, 0.2 puntos porcentuales (pp) por
arriba de la variación registrada el trimestre previo. El continuo crecimiento
del gasto de los hogares se vio beneficiado por el incremento que el salario
real registró en la segunda mitad de 2022 y en lo que va de este año. En
particular, de junio de 2022 a febrero de 2023, el salario promedio de
cotización al IMSS reportó una variación acumulada de 2.9% en términos reales,
mientras que la masa salarial registró una variación acumulada de 4.5% en el
mismo periodo. A las mejoras en salario y empleo formal se suma la gradual
recuperación del crédito al consumo (que aún se encuentra 4% por debajo de su
nivel precovid), y la evolución positiva de las remesas.
En lo relativo a la industria,
el documento anticipa un eventual debilitamiento de la producción manufacturera
en los siguientes meses, a medida que se materializa el menor crecimiento de la
demanda por bienes duraderos en EE.UU. El Indicador Multidimensional de la
Manufactura BBVA creció 2.0% en febrero (AaA), la cifra más baja desde finales
de 2021, representando un punto de inflexión para la manufactura este año, ante
la gradual ralentización de la demanda externa. De acuerdo con los datos del
IGAE, el sector automotriz muestra ya señales de debilitamiento, registrando en
enero una caída de (-)1.7% MaM en el nivel de producción, mientras que las
cifras del Bureau of Economic Analysis
de EE.UU. registran una contracción de (-)1.8% MaM (real, ae) en las ventas de
vehículos y autopartes durante febrero. En cuanto a capacidad utilizada, el
segmento de equipo de transporte (20% de la producción manufacturera en México)
registró en enero un nivel de 84.7%, el menor desde julio de 2022 (1.2 pp por
debajo de su nivel pre-pandemia).
En cuanto a la inversión fija
bruta, los segmentos de maquinaria y equipo han mostrado el mayor dinamismo,
impulsados por el nearshoring. De
acuerdo con las cifras del INEGI, el componente de maquinaria y equipo
importado reportó en el mes de diciembre un nivel 8.4% por arriba del
registrado en enero de 2019, mientras que su contraparte nacional, se ubicó
5.5% por arriba de ese mismo umbral. La construcción, por su parte, representa
el componente más débil de la inversión, ubicándose en un nivel 12% por debajo
de su cifra en enero de 2019, manteniendo la inversión total 4% por debajo de
ese mismo umbral. Por lo que el documento considera que un entorno de mayor
certidumbre y cambio en la política energética potenciaría el efecto positivo
del nearshoring.
Considerando los factores antes
mencionados, BBVA México ha revisado al alza la estimación de crecimiento para
2023 a 1.4%, con impulso de la demanda interna, y menor crecimiento de la
manufactura y anticipa un crecimiento de 2.2% para 2024, a medida que la
demanda por bienes duraderos en EE.UU. se restablece.
El mercado laboral inicia el año
con fortaleza, pero se espera una menor dinámica en comparación con el año
anterior
En lo que se refiere al mercado
laboral el Informe “Situación México” detalla que ha mostrado señales de
fortaleza. Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) indican
que la tasa de desempleo nacional se ubicó en febrero en 2.9% (ae), su nivel
más bajo desde 2005 (año inicial de la serie de datos), lo cual se explica por
la dinámica de crecimiento económico de finales del año pasado que fue mejor de
lo esperado. Un elemento clave que ha influido de manera determinante en estos
niveles bajos de desempleo ha sido la lenta recuperación de la tasa de
participación laboral, que en datos recientes empieza a mostrar una
recuperación y que a 36 meses de iniciada la pandemia del covid-19 ha
recuperado su nivel previo a la misma, en gran parte por una reincorporación de
las mujeres al mercado laboral, que fueron las más afectadas durante la
pandemia. Un aspecto positivo es que estas condiciones del mercado laboral no
han ido acompañadas de un crecimiento de la informalidad laboral, mismo que se
mantiene en niveles de 55.0%, 3.4pp por debajo del promedio histórico previo a
la pandemia (2005 a 2019).
La creación del empleo formal,
inició el año también con gran fortaleza. Los registros del Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS) muestran que de enero a febrero se han creado 288 mil
nuevos empleos, con lo que se constituye la segunda creación de empleo más alta
desde 1998. Si bien este crecimiento es significativo, está en línea con una
desaceleración gradual esperada de acuerdo con los pronósticos de la
institución financiera; en este sentido, en febrero el empleo tuvo un
crecimiento interanual de 3.4%, prácticamente en línea con lo esperado que era
0.1 pp menor y 1.6 pp por debajo del crecimiento interanual de febrero de 2022.
Destaca dentro de esta creación de empleo la dinámica del empleo permanente que
se ubica 5.8% por arriba del nivel precovid en comparación con el eventual que
solo se encuentra 0.8% por arriba.
Como se ha mencionado, el
salario real y la masa salarial han tenido un desempeño mejor de lo esperado,
lo cual ha contribuido a mantener el consumo de los hogares a pesar de los
altos niveles de inflación. En adelante la creación de empleo será clave para
mantener los niveles de salario real y de masa salarial, pero este año serán
más relevantes todavía las revisiones salariales y la dinámica a la baja
esperada para la inflación.
La dinámica económica prevista
condiciona una menor creación de empleo, pero mejor de la esperada a mediados
del año anterior. En este sentido, se espera que el empleo crezca 2.8% a
finales de este año, lo que representaría una creación neta de 592 mil empleos
nuevos.
La deuda pública (% del PIB) se
mantendrá estable el resto de esta administración y por ello estarán muy
acotados los riesgos de perder el grado de inversión
De acuerdo con el informe la
reducción en el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector
Público (SHRFSP) a 49.5% en 2022 de 50.8% del PIB en 2021 se debió
principalmente a la caída de 2.6 pp en el componente externo a pesar del
incremento de 1.3 pp en la deuda interna. La disciplina fiscal que se prevé
siga manteniendo la administración pública federal actual y el siguiente
gobierno federal elevará moderadamente el SHRFSP a 50.7% en 2028 de 49.5% en
2022. Si bien la SHCP prevé que este cociente se estabilice en 49.4% del PIB
entre 2023 y 2028, resulta cuestionable que los Requerimientos Financieros del
Sector Público se reduzcan de 4.1% del PIB a 2.7% a través de una caída en la
inversión pública física de 3.6% a 2.2% del PIB. El informe destaca que esta
política de estabilización de la deuda pública (% del PIB) iría en detrimento
del crecimiento potencial de México.
Los ingresos públicos de enero
de 2023 fueron apoyados por todo tipo de ingresos mientras que la caída anual
en el gasto programable contrarrestó el incremento anual en el servicio de la
deuda pública. Los ingresos públicos aumentaron 6.3% en términos anuales reales
mientras que el gasto público mostró una contracción anual real de 0.9%.
La tendencia de la inflación
subyacente apunta a una desaceleración más pronunciada en los próximos meses
Después de desacelerarse durante
el cuarto trimestre de 2022 tras haber alcanzado un máximo de 8.70% AaA durante
agosto y septiembre, la inflación general rebotó transitoriamente en enero (a
7.9% AaA), pero retomó su tendencia bajista en febrero, disminuyendo 0.3 pp
(pp) a 7.6% AaA. El documento anticipa que la desaceleración será más
pronunciada durante los próximos dos trimestres (2T y 3T). Hasta ahora la
desaceleración ha sido impulsada en mayor proporción por la menor inflación no
subyacente que disminuyó 5 pp, de 10.6% a 5.6% AaA, entre agosto de 2022 y
febrero de este año. Por su parte, la inflación subyacente ha mostrado rigidez
a la baja. El promedio de enero a febrero (8.4% AaA) es el mismo que el del
4T22. Esta persistencia se explica por un descenso marginal de la inflación de
las mercancías que ha sido contrarrestado por un aumento adicional moderado de
la inflación de los servicios. Así, si bien la inflación de las mercancías ha
comenzado a disminuir y se desaceleró 0.7 pp entre noviembre de 2022 y febrero
de este año (de 11.3% a 10.6% AaA) continúa siendo muy elevado, en buena medida
explicado por la elevada inflación de los alimentos procesados (13.7% AaA en
febrero) que continúa siendo significativamente más elevada que la de las
mercancías no alimenticias (7.2%). La inflación de los servicios aún no muestra
signos de desaceleración, y de hecho ha tenido un aumento adicional durante los
primeros dos meses del año y su nivel actual (de 5.6% AaA) es 0.3 pp mayor que
el del promedio durante el 4T22.
A pesar de esta persistencia
reciente de la inflación subyacente, su tendencia—calculada ajustando por
estacionalidad el índice y anualizando los aumentos mensuales—apunta a una
tendencia descendente en los próximos meses que romperá la rigidez reciente.
Esta medida de tendencia que adelanta una disminución en el ritmo de la
inflación subyacente hacia delante es consistente con la senda prevista en el
escenario base de BBVA México y también con los pronósticos de Banxico. Así,
hacia delante, la institución prevé una desaceleración marcada tanto de la
inflación general como de la subyacente.
Para fin de este año, anticipa
niveles de 4.8% AaA y 4.7% AaA, respectivamente. A la tendencia descendente de
la inflación anual contribuirán no solo los menores incrementos en términos
mensuales, sino también efectos base positivos, que serán más marcados durante
el segundo y tercer trimestres. Con ello, en septiembre las inflaciones general
y subyacente podrían ya ubicarse en niveles por debajo de 5.0% y 6.0% AaA,
respectivamente. No obstante, anticipa que la inflación se mantendrá por encima
del rango objetivo de Banxico durante todo 2023, y que no será menor a 4.0% AaA
hasta el 2T24. Esto representa una tendencia similar a la prevista por Banxico
para ambas inflaciones durante 2023, pero notoriamente más positiva que la
prevista por el consenso que anticipa que tanto la inflación general como la
subyacente cerrarán 2023 en niveles superiores al 5.0% AaA (de 5.3% y 5.3% AaA,
respectivamente).
Banxico subirá la tasa monetaria
hasta 11.50%, pero implementará un rápido ciclo de bajadas durante 2024
En el contexto de elevada
inflación y con una tendencia divergente respecto a la meta durante 2022, el
Banco de México (Banxico) ha estado actuando, usando sus palabras, de manera
“contundente” para propiciar en los próximos trimestres una tendencia de
convergencia con la meta de inflación. En su última decisión en febrero, de
forma sorpresiva aumentó la tasa en 50 puntos base (pb) a 11.00%, después de
haberla incrementado 500 pb en 2022, de 5.5% a 10.50% elevando la tasa en 50 pb
en cuatro reuniones y en 75 pb en otras cuatro. Así, desde que inició el actual
ciclo de subidas Banxico había elevado el diferencial de tasas con respecto a
Estados Unidos de 400 pb a 600 pb entre julio de 2021 y marzo de 2022 y lo
había mantenido en ese nivel hasta enero. En febrero, al aumentar la tasa de
referencia 25 pb más de lo que lo hizo la Reserva Federal, incrementaron dicho
diferencial a 625 pb.
El elevado diferencial busca: i)
responder de forma contundente a las presiones inflacionarias para evitar un
desanclaje de las expectativas de inflación, y ii) evitar una depreciación del
peso ante el contexto global más adverso para los activos de riesgo por el
cambio tan fuerte en la política monetaria de EE.UU. Banxico ha tenido éxito en
ambos frentes: las expectativas de inflación de largo plazo se han mantenido
bien ancladas y el peso mexicano ha mostrado un mejor desempeño relativo que la
mayoría de las divisas del mundo.
En el análisis dentro del
Informe “Situación México” se anticipa que en esta semana Banxico aumentará la
tasa en 25 pb a 11.25% y que hará un aumento adicional del mismo tamaño en la
reunión de mayo para concluir el ciclo de subidas con la tasa monetaria en
11.50%. No obstante, con la inflación desacelerándose y el elevado nivel de la
tasa monetaria, la postura monetaria se volverá cada vez más restrictiva en un
contexto de menores riesgos para la inflación.
Por ello, BBVA México anticipa
que si bien Banxico mantendrá una pausa en 11.50% por un periodo prolongado,
iniciará un rápido ciclo de bajadas en 1T24, y recortará la tasa nominal 300 pb
durante el próximo año hasta llevarla a un nivel de 8.50% al cierre del mismo.
Dado que aún con esos recortes la tasa real se mantendrá muy elevada, la
institución financiera mantiene un sesgo a la baja para dicho pronóstico.
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