31/1/2023
Las
sucesiones en las empresas familiares Pymes se pueden dar de la manera y estilo
de lo más común y milenario, desde las que se esforzaron por estructurar la
empresa llevando un protocolo familiar con puestos claves acompañados con la
institucionalización de la empresa, hasta llegar a un gobierno corporativo.
La
sucesión de estilo tradicional es cuando el dueño fundador entrena desde niño o
joven al hijo mayor.
Le
guste o no al hijo, lleva implícito que algún día será el sucesor, con estudios
básicos aprende, como le hago yo ¡así se hace! Es la constante en este estilo
de sucesión, en algunos casos.
Con
esfuerzo del dueño fundador y el hermano mayor le dan preparación académica al
resto de los hermanos para después integrarlos al negocio.
Se dan
casos que, si no hay un puesto disponible o si alguno de los hermanos, hermanas,
no desean continuar con el negocio familiar optan por dedicarse a ejercer su
profesión.
En este
estilo de sucesión, no es tan fácil que el dueño fundador delegue actividades o
autoridad en su totalidad, lo cual limita el crecimiento.
En
otros casos, cuando se tiene más apertura, el socio fundador llega a un acuerdo
con el hijo sucesor y establecen una renta mensual y su apoyo de supervisión.
Cuando
el negocio tiene cierta estructura administrativa, con el paso de los años se
forma un patrimonio y el dueño fundador tiene las posibilidades de dar
formación profesional a sus hijos, podrá designar a sus hijos conforme a sus
talentos y habilidades, escogiendo a quien va a ser su sucesor como director general
(no necesariamente el mayor) y al resto de los hijos los puede incluir en
diferentes puestos estratégicos para fortalecer la empresa.
En el
supuesto que el dueño fundador se organizó y tuvo la visión de formar una
empresa que, con el paso del tiempo, llegó a ser una empresa institucional y en
vías de establecer un gobierno corporativo; la sucesión se da entre alguno de los
hijos, que por su talento y desempeño, quiera y pueda. Se les prepara con estudios,
incluso en el extranjero, que van enfocados como directores generales de empresa.
En este caso, si se cuenta con un protocolo, con un consejo de administración y,
además, con un consejo familiar.
Generalmente
el dueño fundador cede y delega el puesto al sucesor con sus respectivos
indicadores de desempeño.
En
algunas ocasiones, si el hijo no está preparado o no es lo suficientemente maduro
para el cargo, se hace acompañar de un
director adjunto que lo guía.
Existe
otra alternativa, donde ninguno de los hijos puede ni quiere ser el sucesor
como director general, en este caso el dueño fundador puede contratar a un
director general externo que reporte ante el Consejo de Administración.
En esta
modalidad de sucesión, como caso de éxito, si los hijos entienden bien ser
empresario, podrán ejercer el rol de dueño. Es decir que, ser el dueño está por encima de todo
interés para velar por la permanencia de la empresa.
Por
ejemplo, ampliar la compañía madre y/o creciendo patrimonialmente en bienes
inmobiliarios.
¿Y tú,
en cuál paso de la sucesión te encuentras?
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