5/9/2022
En mi
más reciente columna explicaba porqué creo que el 2023 será peor que el 2022 en
términos del crecimiento económico de México: la desaceleración que
experimentará la economía de Estados Unidos, la política monetaria más
restrictiva y el posible deterioro de los salarios reales debido a la elevada
inflación.
Sin
embargo, me parece que las perspectivas de la economía mexicana en el mediano
plazo, si se adoptaran políticas públicas adecuadas, podrían ser muy buenas y
el país podría crecer a tasas significativamente más altas que las observadas
en las últimas décadas.
Esto se
debe a que estamos en una coyuntura única para poder atraer inversión
extranjera directa y ganar cuota de mercado en Estados Unidos y eventualmente
en otras regiones del mundo. En primer lugar, debido al fenómeno de relocalización
o nearshoring que significa que las
empresas estadounidenses quieren reducir la concentración de sus cadenas de
proveeduría a China. Estos riesgos se percibían desde hace unos años cuando el
entonces presidente Trump inició una guerra comercial contra el país asiático,
imponiéndoles aranceles muy elevados a un número considerable de productos,
pero se acentuaron tras la pandemia cuando los cuellos de botella en las
cadenas de distribución global aumentaron significativamente los precios de
transportar mercancías de Asia a América. En adición, se percibe que
demográficamente China ya no será tan atractiva para que este país continúe
siendo un centro manufacturero global debido al envejecimiento poblacional que
ha experimentado, resultado del mantenimiento durante décadas de la política
que permitía tener solamente un hijo por pareja.
Al nearshoring se suma el fenómeno
denominado allyshoring o localización
hacia países aliados. Las empresas de Estados Unidos quieren reducir la
dependencia en sus cadenas de suministro a países que puedan ser objeto de
sanciones por cuestiones geopolíticas. Desde luego China, sobre todo ahora que
se han agudizado las tensiones con Taiwán, es un país que representa un riesgo
importante en este aspecto, pero también lo son India, Turquía y Brasil, que en
el conflicto entre Ucrania y Rusia se han alineado más con esta última. En
particular, Estados Unidos compite por la supremacía tecnológica, económica y
militar globales.
México
debería ser el país más beneficiado del mundo por estos fenómenos de nearshoring y allyshoring. Esto gracias
a la proximidad geográfica con Estados Unidos, a las cadenas de valor
desarrolladas en los últimos 25 años, a la gran calidad de los trabajadores
mexicanos, a que tiene un tratado comercial moderno con sus socios de América
del Norte, al enorme potencial para producir energía barata y no contaminante y
a que, hasta ahora al menos, se le considera un país alineado con los intereses
de las democracias liberales de occidente.
No
obstante, y a pesar de todas estas ventajas, actualmente México está perdiendo
la batalla por el nearshoring y el allyshoring. Países como Vietnam y
Taiwán han capturado un mayor porcentaje de la inversión y de la cuota de
mercado que ha perdido China en los últimos años.
Me parece
que esto obedece a la incertidumbre que han generado algunas políticas
públicas, particularmente la política energética de la presente administración
que es vista por los EU y Canadá como violatoria del tratado comercial y que no
permite a sus empresas determinar si podrán contar con un suministro confiable
de electricidad a precios competitivos y que contribuya a reducir el
calentamiento global.
Si se
adoptara una política energética que permitiera la generación de electricidad
limpia, que mantuviera abierto el sector a la inversión privada, generando
mayor certidumbre para la inversión, en particular lanzando la señal de que en
México se respetan los contratos y que las reglas del juego no se cambian a
mitad del partido, nuestro país podría captar mucho más inversión en los
próximos años e insertarse en la producción de tecnologías de alto valor,
aumentando con esto la productividad y el crecimiento. Ello nos llevaría a
crecer a tasas mucho más altas y a reducir los niveles de pobreza
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