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Covid-19 y turismo
16/4/2020
En contra de todas las recomendaciones de convivencia, formas de compartir, trabajar en grupo y demás tendencias de acercamiento entre las personas, el Covid-19 ha transformado en semanas el estilo de vida de los casi 7 mil 800 millones de habitantes del planeta Tierra.
Negocios pequeños de todos los segmentos han cerrado sus puertas como medida de protección para contener la expansión de la pandemia. Grandes almacenes han tomado medidas sanitarias buscando la protección de sus clientes. Realizan acuerdos con proveedores para garantizar el suministro de productos y la circulación de clientes con el fin de mantener o incentivar la decaída economía del sector. Industrias de gran envergadura han detenido sus líneas de producción y enviado a sus obreros a casa y a su personal de confianza a realizar el tan mencionado Home Office.
Las comunidades religiosas han tomado medidas dolorosas pero necesarias al parar sus celebraciones porque su naturaleza esencial es la de congregar feligreses en torno a sus ministros para encauzarlos al conocimiento y a la experiencia de Dios. Misas, retiros espirituales, clases de catecismo, predicaciones, talleres de oración. Todo se detuvo. Fue impresionante ver al papa Francisco solo, en la inmensa Plaza de San Pedro en oración el pasado 27 de marzo.
Qué podemos decir ahora del sector Turismo que es lo que nos atañe. Lo primero es que, por ejemplo, hay estados de la República Mexicana que se sustentan mayormente por la actividad turística como es el caso de Oaxaca (que no tiene otra industria destacada en su territorio), Quintana Roo con esas enormes inversiones hoteleras, restauranteras, de parques acuáticos y de transporte. La misma Ciudad de México con esa superlativa infraestructura en museos, parques de diversiones, zonas arqueológicas, etc. Todos han sido afectados en mayor o menor grado.
No podemos dejar de mencionar a Puebla que, a pesar de su industria automotriz, las inversiones en turismo de años pasados en el Estado (específicamente en sus diversos Pueblos Mágicos) y en la ciudad como en el Museo Internacional del Barroco, los túneles de los Secretos de Puebla, el Complejo Museístico de la Constancia Mexicana, la Estrella de Puebla con su Parque Lineal que sumado a las grandes riquezas históricas como la Biblioteca Palafoxiana, la Capilla del Rosario, la incomparable Catedral de estilo neo clásico y el Palacio Municipal (entre otros exquisitos vestigios de la colonia) generó que los grandes críticos del turismo mundial, colocaran en años recientes a nuestra ciudad dentro de la lista de los 10 destinos más recomendados a visitar. Y claro, también nos hemos visto muy afectados por el estado de contingencia en el que estamos inmersos.
No obstante, la impresionante forma en que Rusia, Alemania, Francia, Inglaterra entre otros países se levantaron de las ruinas después de la Segunda Guerra Mundial para rehacerse, para reconstruirse y volver a convertirse en potencias económicas líderes en el mundo al lado de los Estados Unidos, nos da la certeza de que esta contingencia mundial será solo un escoyo, de grandes magnitudes, pero escoyo al fin que coadyuvará a que la humanidad reflexione sobre lo que viene haciendo mal, reajuste sus caminos y sus relaciones entre humanos y entre naciones y permita volver a tomar ruta hacia el progreso sacando lo mejor de cada hombre y de cada mujer.
Ciertamente, el turismo es una de las actividades más hermosas que puede experimentar el ser humano porque lo lleva a conocer, a relajarse, a disfrutar, a recorrer destinos y lugares nuevos y en muchos casos inimaginables. El turismo es uno de los Sectores más extrañados porque brinda un abanico de experiencias divertidas que nos lleva a olvidarnos del estrés diario y nos traslada a lugares (por lo general) hermosos y en la mayoría de los casos, desconocidos.
En breve, toda la industria sin chimeneas se levantará de esta pausa para volver a poner a disposición toda su envidiable infraestructura al servicio de la humanidad.
El arte de vender viajes es el arte de vender ilusiones y de convertirlas en realidad.
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