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Opinar para construir

Luis G. Inman Peraldi



Empresario o futbolista, igual a equipo

4/9/2018

El camino, la forma y el tiempo para ser empresario se puede homologar con muchas situaciones de la vida cotidiana, en esta colaboración vamos hacer un ejercicio de correlación, de cómo le hace un empresario desde su inicio y cómo es cuando se forma un equipo de futbol.

En un inicio el emprendedor empieza solo, tiene la idea, la aterriza y empieza a tener sus primeras interacciones con su mercado.

Así como cuando fuimos niños y nos regalaron nuestro primer balón de futbol, empezábamos a tratar de tirar a una pared, veíamos el efecto de la fuerza de la patada contra la distancia para que el rebote fuera al mismo sitio y poder seguir pateando al balón.

Así, iniciamos como emprendedores solos, midiendo nuestra fuerza y viendo la respuesta de los clientes y el mercado.

Regresando a la etapa de niños, cuando te encontrabas a un amiguito, lo invitabas a jugar un partido, ponías unas piedras simulando la portería, la distancia del campo etc., en este caso como jugador ocupabas todos los puestos, eras portero, delantero, defensa y lateral al mismo tiempo.

Así como va creciendo, un emprendedor tiene que realizar de todo: abrir y cerrar la cortina, comprar insumos, preparar los servicios de entrega e instalación de los productos, vender y cobrar.

Ya después de que jugaste con tu amiguito, pedías participar en la escuela para formar parte del equipo de futbol y de acuerdo a tus habilidades podrías ganarte el puesto.

El emprendedor ya tiene la necesidad de formar parte de un equipo o formarlo, entonces viene la contratación de quién será tu gerente, quién se encargará de la producción, o de preparar el servicio, quién te apoyará con la contabilidad, las ventas, las cuentas por pagar y cobrar, y entonces ya formas a tu equipo, tienes una marca y el objetivo de consolidarte con el tiempo.

Como jugador de futbol, descubres tu habilidad y talento, ingresas a un equipo de tercera división y te trasportan en camión. Cuando llegas a las grandes ligas, te trasladan en avión; y cuando ya eres un jugador profesional, en caso de proponértelo, llegarás a ser el capitán del equipo.

Como el jugador tiene una edad límite, se puede despedir de ser jugador para después ser director técnico, el puesto requiere de visión de equipo, hacer planeación estratégica para cada partido. Analizan la fuerza y debilidad de los equipos contrarios para hacer tácticas y definir la posición de los jugadores.

Deberá tener sus reservas en la banca, su entrenador físico, su escuela de capacitación, el buscador de talentos, su médico y hasta el aguador.

En forma similar el director de una empresa va dejando de ser parte de la operación y se mete a la estrategia, revisa constantemente la visión de la empresa, el factor diferenciador, las tendencias en sus competidores. Dentro del ámbito del director también está saber cuidar y capacitar a su equipo.

Lo importante es llevar al equipo a ganar el campeonato o generar riqueza, en dichos casos contar con patrocinios, dando imagen de marcas o  hacer alianzas comerciales que los llevan a la institucionalidad y porque no a la internacionalidad, exportando en el ámbito empresarial.

Algo importante en ambos escenarios, tanto en el del futbol, como en el de las empresas, es el árbitro: quien es el responsable de asignar tarjeta amarilla, roja o expulsar en caso de cometer alguna sanción.

Actualmente con el avance de la tecnología y en caso de haber duda, el árbitro tiene derecho a consultar por video la jugada; video arbitraje o por sus siglas en ingles VAT (Video Asistant Referee).

En la parte empresarial un mal manejo en las finanzas, una mala inversión, un mal proceso de calidad, podrá ser merecedor de una tarjeta amarilla también.

En ambos escenarios si no se llega a los resultados deseados, puede descender el equipo de liga; asimismo, una falta de actualización empresarial lejos de crecer empiezas a perder capital y tienes que empezar desde abajo o en el peor de los escenarios cerrar la empresa o ser expulsado.

Finamente, en ambos casos el éxito te lleva a ser presidente del equipo viendo jugar desde el palco, con otra perspectiva muy diferente; asimismo el director de la empresa llega por sus resultados a ser presidente de la compañía, del Consejo de Administración.

Si desde un inicio tenemos la visión definida a un objetivo, a pesar de todo llegaremos a ser exitosos y felices.

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