Las frases de Sergio Pitol
20/4/2018
La semana pasada murió Sergio Pitol mucho se puede contar de su biografía, lo esencial es que queda huérfano a los 6 años y se marcha a vivir con su abuela y unas tías a un ingenio azucarero cercano a Orizaba esto marcará mucho de su futuro, así como haber enfermado de paludismo, pues estuvo recluido en su casa muchos años más, lo que le permitió leer muchas cosas a temprana edad.
Narrador, poeta y ensayista dedicó su vida a la literatura, a la diplomacia y a la enseñanza, en estos tres ámbitos tuvo una actuación destacada. Hablaba siete idiomas lo que le permitió realizar traducciones de grandes autores, muchos de ellos desconocidos en nuestro país.
Ganó los premios más importantes de la lengua española como el Herralde, el Rulfo y el Cervantes; mucho se escribirá sobre él y su obra en los próximos meses, lo que me parece importante es rescatar algunas de sus frases que reflejan su pensamiento y su escritura, aquí van algunas:
“El libro realiza una multitud de tareas, algunas soberbias, otras deplorables, distribuye conocimientos miserias, ilumina y engaña, libera y manipula, enaltece y rebaja, crea o cancela opciones de vida. Sin él, evidentemente, ninguna cultura sería posible. Desaparecería la historia y nuestro futuro se cubriría de nubarrones siniestros. Quienes odian los libros también odian la vida”.
“La cultura es una lucha contracorriente”
“Un novelista es alguien que oye voces a través de las voces”
“Cada uno de nosotros es todos los hombres”
“Un libro leído en distintas épocas se transforma en varios libros”
“Un escritor a menudo oye hablar sin escuchar una palabra”
“La lectura es un juego secreto de aproximaciones y distancias es también una lotería”
Y finalmente, un pensamiento sobre nuestros dirigentes:
“Reírse de ellos, ridiculizarlos hacerlos sentir desamparados; sólo así podría cambiar algo. Una labor de Sísifo, sí, pero vale la pena emprenderla y, además, reduce la monotonía de la vida. Si resulta imposible humanizar esos rostros de hormigón armado que los políticos aspiran a adquirir desde su primer pinche puestecito, al menos se podría hacer visibles algunas craqueladuras. Los jóvenes están hasta la madre de tanta tontería, ya ni siquiera se asoman al museo de antropología para no ver reproducidos en la Coatlicue los hieráticos gestos de sus dirigentes. Es necesario que todo el mundo aprenda a reírse de esos monigotes ridículos y siniestros que dirigen a la nación como si por su boca se expresará la historia, no la viva, eso nunca, sino la que ellos han embalsamado. Cualquier novedad los amedrenta”,
Así fue el pensamiento de este uno de los grandes de la literatura mexicana, larga vida a la obra de Sergio Pitol.
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