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13/2/2018
En todos los cafés, en todas las sobremesas y en los bares está constantemente la conversación del tema político-electoral.
Generalmente empieza la conversación a manera de referir alguna noticia, comentada y el tono va de menos a más, como todo. Hay gente que se calienta, gente que se queda callada, pensativa y reflexiva; sin embargo, también están las personas alarmistas a tal grado de decir: si gana X candidato “es mejor salir del país”.
En lo personal cuando escucho esa frase me duele, me siento mal, me hace sentir triste, al final de cuentas no hacen nada, solo dejan ver su infidelidad a México.
Dentro de las conversaciones se escucha que la gente apuesta por los diferentes colores amarillo, azul, rojo, naranja. Las personas que están definidas empiezan y terminan con el mismo color; sin embargo, hay personas que dejan entrever que no tienen a su candidato bien definido, curiosamente este año en especial pocos apuestan por partidos políticos y se rumoran fuertes alianzas para no dejar “llegar” y alternarse el “poder”.
Tema reflexivo de estas conversaciones es el alto grado de descalificaciones para los candidatos, que al transcurrir el tiempo se va acumulando en forma exponencial terminando la plática en un suspiro…. ¡Que llegue el menos peor!
Se escucha también personas que llevan a la mesa del diálogo cuestiones que el candidato que llegue tendrá que obedecer intereses internacionales del gran capital.
En todas las conversaciones hay sentimientos de nerviosismo, falta de confianza, hartazgo, incertidumbre y falta de credibilidad en general.
Por la parte empresarial el panorama para algunos se ve más complicado e intrusamente incierto.
Que si llega fulano ¿qué va a pasar?,
Que si llega zutano no habrá inversión,
Que si llega mengano no habrá certeza jurídica.
Sra. y Sr. empresario del sector pyme los que tenemos más de dos décadas trabajando hemos visto cambio de colores, hemos visto fraude tras fraude y arreglos tras complicidades, hemos visto mentira tras mentira, hemos visto el alza de impuestos y cada vez menos fácil el camino para crecer nuestros negocios.
Así que: llegue el color que llegue, llegue el candidato que llegue... seguir trabajando es la mejor opción.
No se escude en lo que va a pasar, ocúpese el aquí y ahora con enfoque y en logro de objetivos.
México y sus empresarios son más grandes que sus problemas.
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