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Fidel… hasta la victoria siempre, Comandante
Internacionalista del Tec de Monterrey en Puebla
2971172016
Muere un icono del siglo XX: Fidel Castro Ruz, un grande en múltiples sectores, y sobre todo un referente para el mundo de las relaciones internacionales, un factor de transformaciones globales.
Fidel Castro, nace hace 90 años, en un siglo convulso lleno de trasformaciones, dictaduras, estados en conformación, pobreza, desigualdad, imperialismo ideológico.
Un mundo unipolar, donde guerras devastaron la conformación de ideas; de revoluciones, donde la cortina de hierro dividía al mundo y donde muchos solo presenciaban desde lejos los hechos, así como presencias frente al televisor el alunizaje y, sin embargo él no fue un observador de su siglo, él fue el actor de los cambios que le dan significado a conceptos que hoy podemos decir sin temor, libertad, autodeterminación por mencionar algunos.
Es un hombre polémico de principio a fin; eje de críticas que lo llegan a enmarcar en la tiranía, pero también en la revolución, u en el ejercicio del poder al servicio del pueblo.
De origen abogado su intelectualidad lo lleva más allá de legalismos, lo lleva a formular una imagen del mundo con la que decodifica los signos del orden internacional, y le otorga visión global a su mandato, supo mediar en proceso difíciles, integrar a los No alineados (Noal) y llegar a convertirse en su líder.
Muchos dicen que Fidel fue un rey sin corona, y es verdad; muchos dicen que confundió el objetivo de la revolución y posiblemente es verdad. Aún así, con México fue congruente al lazo latinoamericano que se establece por ser su terruño en el exilio, y se refuerza desde el año de la revolución 1959, principalmente sabiendo que geográficamente resultamos políticamente estratégicos.
México no sólo fue su casa en el exilio, también fue su rincón ideológico y su praxis política.
Al final de su vida, México no fue indiferente, como un viejo amor que vuelve, el reencuentro con el gobierno se da en el encuentro con Enrique Peña Nieto, quien realizó una visita a Cuba en enero de 2014. Durante ese viaje, se reunió con Raúl Castro pero también con Fidel, ratificándolo hoy por hoy como líder ideológico y moral de Cuba.
Así pleno y confiando en su Revolución Cultural, Fidel otorga al mundo su legado no solo en discursos antiimperialistas, también a través de la historia de vida y de anécdotas de batallas.
Dicha construcción de democracia ad hoc fue el fruto de las decisiones de Fidel, sí es verdad, y dichas decisiones pasarán de la mal sana fantasía imperialista a la imaginación concreta por un país sin hambre, con seguridad social para todos, una democracia donde no existirían analfabetas y mucho menos, traidores que pudieran utilizar la propiedad privada o los monopolios en contra del pueblo.
Sí, los detractores de Fidel dicen que el verdadero monopolio era el monopolio de Estado, que militarizó a la población, que estableció una falsa paz armada. Pero, esos mismos detractores olvidan que las condiciones para Fidel era gobernar una isla que debía volver alimentariamente independiente frente a un bloqueo económico unilateral e imperialista, que debía atender medicamente a una población que había sido históricamente víctima de epidemias, y hoy tienen servicios de salud de avanzada gracias a sus negociaciones con el mundo que él concibió, sin una potencia hegemónica.
Aún así, Fidel hasta el día de hoy seguirá, para fortuna de las nuevas generaciones, siendo estudiado en las universidades, diseccionando sus dimensiones, analizando sus roles: Fidel Líder, Fidel Humano, Fidel Tirano, Fidel Victima, Fidel Héroe, pero siempre Fidel
Saber de la majestuosidad de un carácter que tuvo el atrevimiento de decir que no en un mundo inicialmente unipolar será aprender los porqué de la historia a través del personajes, poder escudriñar en la crisis de los misiles, la iconografía de los movimientos sociales, las percepciones de nuestro Caribe, las manifestaciones de una isla que desde su idea de pluralidad, prohíbe una religión única y perpetúa los nombres que dan fe y conformación a sus clases y sectores diversos comulgando entre sí una controversial visita papal, y los ritos y celebraciones por igual a la Virgen de la Caridad del Cobre que la diosa Oshun; los detractores de Fidel olvidan hablar de esta libertad de credo.
Es verdad que la isla es conocida por sufrida, pero también por su carácter alegre y festivo, su condición de menos injusta y su firme convicción de autodefinición.
Si bien Fidel se negó a una integración regional, donde el poder fuera manipulado por la hegemonía, también supo establecer las relaciones que ayudaran a crecer a Cuba, por ello Rusia y el mundo socialista, en su momento, jamás apartaron su mirada de la isla, ni sus inversiones ni sus estrategias, permitiendo a Cuba el poder de decir no a la OEA y aun así seguir en pie.
El mundo se divide nuevamente, aunque hoy simplemente sea por pasar nueve días de luto.
Por una parte los que acompaña a Cuba en su pérdida, y por otra los que, como los cubanos en Florida, celebran el inicio de una nueva era, aún sin ver que la muerte de Fidel podría resultar la última estrategia que empleará para su permanencia en la némesis de la Isla.
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